La actriz Estela Molly, figura de reconocida trayectoria en el teatro, el cine y la televisión de Argentina, principalmente en las décadas del 60, 70 y 80, fallecíó ayer, domingo, tras unas serias complicaciones de salud, según informó la Asociación Argentina de Actores.
Estela Noemí Nefimar Mayranx, subió al escenario por primera vez cuando todavía cursaba la escuela primaria y tuvo que hacer un reemplazo en una puesta en la que precisamente actuaban sus padres.
Más tarde fue convocada por la compañía de los actores Esteban y Juan Serrados para la puesta marplatense de "No es fácil de ser mujer", de Peter Shaffer, así como estudió teatro con Roberto Durán y más tarde becada en la Universidad de Arte Católico de Washington.
En 1960, dueña de una singular belleza y de imagen aniñada, se incorporó a la televisión en la miniserie "El fantasma de la ópera", según la puesta de Narciso Ibañez Menta, con dirección de Marta Reguera, y con el mismo equipo, una de las figuras centrales otras producciones similares como "¿Es usted el asesino?" y los tres episodios de "Ceremonia secreta", según el relato de Marco Denevi.
Siguieron nuevas producciones para la pantalla chica, como las anteriores todas en Canal 9 de Alejandro Romay, como el "Teleteatro Odol", "Las solteras", "Salto a ciegas", "Los días oscuros", "El hombre que trajo el mar", "En casa de los Videla", "Las chicas", "Teleteatro de jóvenes", "Su comedia favorita", "Sátiro", "Todo es amor" y hasta una versión de "Los miserables" para el ciclo "Alta Comedia".
En esa misma pantalla participó en el exitoso ciclo "Los viernes de Pacheco", protagonizado por Osvaldo Pacheco, "Teatro como en el teatro", "La comedia del domingo", la telenovela "Libertad condicionada", con Susana Campos, Alicia Bruzzo y Juan Carlos Dual, y la última versión de "Matrimonios y algo más".
En el Teatro Lola Membrives, participó del elenco de "Ejercicio para cinco dedos", de Peter Shaffer, dirigida por David Stivel, para luego integrarse al elenco del Teatro Nacional Cervantes, para actuar en piezas como "Los invisibles", "Donde la muerte clava sus banderas", "La verdad sospechosa" y "La dama boba", de autores muchos de ellos clásicos.
En el Teatro Argentino de La Plata participó en "Nuestro pueblo", de Thorton Wilder, junto a Eva Franco, en el Museo Larreta "Canción de cuna", así como "Flor de cactus", junto a Amelia Bence, en las versiones de "El violinista sobre el tejado", junto a Raúl Rossi y Pepe Soriano; el musical "Perdón por nuestros pecados" y junto a María casares en "Divinas palabras", así como una temporada de zarzuelas en el Teatro Avenida, y la comedia musical "Violado y abandonado", con Luis Aguilé.
Molly siguió destacándose en el musical, en las versiones de "Calle 42", con Violeta Rivas, en "Los siete gatitos", y "Mi bella dama".
Fue Adela en la puesta de Alejandra Boero en el Teatro San Martín de "La casa de Bernarda Alba", cuando se incorporó en su cuerpo estable con el que participó en el "Cyrano de Bergerac", que significó la última actuación de Ernesto Bianco, a las órdenes de Osvaldo Bonet, o "El alcalde de Zalamea", según Omar Grasso, con un memorable monólogo de veinte minutos de duración, "Escenas de la calle".
Sus trabajos en el cine comenzaron al promediar la década del 60 con "Lindor Covas, el cimarron", de Carlos Cores; "Cleopatra era cándida", de Juan Saraceni; "El Club del Clan", de "Los hipócritas", "Ritmo nuevo, vieja ola" "Fiebre de primavera" "Muchachos impacientes", "Ritmo amor y juventud", "La familia hippie", las picarescas "Cómo seducir a una mujer", "Coche cama alojamiento" y "Amante para dos", y finalmente, en 1985, "La mayoría silenciada".
En 2016 su nombre volvió a sonar cuando José María Muscari la convocó para encarnar a una monja en la comedia "Coqueluche", que iba a protagonizar con Georgina Barbarrosa, Barbie Vélez y Fabián Mazzei, que finalmente se suspendió.