La jornada del viernes comenzó con la triste noticia del fallecimiento de Juan Carlos Saravia, uno de los fundadores de Los Chalchaleros. La novedad atravesó la actividad y el sentimiento de todo Jesús María.
“Estamos perdiendo terreno los folkloristas, se nos van los grandes”, afirmó el Chaqueño Palavecino antes de su actuación.
Aunque lejos aún del récord de La Sole (treinta y tres mil tickets vendidos en 1998), la del viernes fue la noche de mayor convocatoria de esta edición. A las ocho de la noche el anfiteatro estaba lleno, a las nueve la Comisión decidió cerrar las boleterías. Se adelantaron las jineteada. y a las 11, cuando la incomodidad en las tribunas llegaba a su punto límite, se habilitó el ingreso al campo. A la 1 de la madrugada ya no se permitió más el ingreso del público que pugnaba por ingresar al anfiteatro.
Los Palmeras visitaron el festival por segundo año consecutivo, recibieron piropos y ovaciones e hicieron bailar durante ochenta minutos. Previamente, sorprendieron con un anuncio: la compañía que edita sus discos acaba de confirmar la realización de otro disco de duetos, esta vez con invitados internacionales.
El Chaqueño este año no pudo realizar su habitual ingreso montado a caballo por el campo de la doma debido a la multitud que colmaba todos los espacios cercanos a los corrales.
Fue protagonista desde temprano porque antes de subir con sus músicos participó como invitado de Los Palmeras. En el final de su presentación, bajó a la platea, se acercó a la gente y luego completó un largo set hasta las cuatro y media de la mañana.
El sábado fue la noche de Soledad, otra artista que en Jesús María juega de local.
La Sole ya no necesita de “A don Ata” para capturar a su público. En el año en que cumple los 40, se manifestó neutral con respecto al debate acerca de los riesgos de la jineteada: “me cuesta criticarla porque es algo que viví de chica. Yo propongo un debate con gente que sabe del tema”, expresó.
Con algunos cambios en la banda, continuó con la muestra de canciones del próximo disco.
Esa noche, el Chango Spasiuk tuvo su momento. Recordó cuando, hace 31 años, subía por primera vez al escenario de Jesús María invitado por Los Chalchaleros.
El más buscado de la penúltima noche era, naturalmente, Pancho Figueroa. El ex chalchalero se ganó la atención, homenajeando a Saravia y repasando clásicos del conjunto en el que estuvo hasta la despedida definitiva.
En la noche final, la del domingo, se entregaron los premios a artistas y jinetes.
La grilla artística incluyó a Los Carabajal y a Lucio “El Indio” Rojas”.
Pasadas las 3 de la mañana, hubo un leve recambio de público en el anfiteatro para cambiar de marco esperando el cierre protagonizado por Damas Gratis. “El año que viene vuelvo, si me invitan…”, expresó Pablo Lescano en el cierre del show.
En la “noche extra” del lunes, Paulo Londra reunió más de veinte mil espectadores y su presencia taquillera colaboró para aumentar el superávit del festival, cuyo resultado tiene como destino asistir a veinte cooperadoras escolares de Jesús María, Colonia Caroya y Sinsacate.
Los premios
El grupo salteño Ahyre, proyecto surgido luego de la división de Los Huayra, fue Premio Consagración 2020.
El Premio Revelación fue para Ceibo, agrupación surgida en Cosquín.
En el anfiteatro había expectativa po. los premios de la jineteada. El brasileño Pierre Rocha fue el campeón de la difícil categoría Crina Limpia. Gervasio Lennon, de Buenos Aires, es el nuevo campeón en Bastos con encimera y el pampeano Alfredo Ramos se quedó con el cetro en Gurupa surera.
Rafael Prátula se quedó con el título de “Jinete del festival”, el campeonato paralelo que se definió el sábado.
“El relincho” fue elegida la mejor tropilla y “El mendigo” el mejor caballo del festival.
En el caso de los jinetes, los premios incluyeron dinero, vouchers por lavarropas, viajes a Bariloche, jamones artesanales, cuchillos, rastras, medalla. y productos regionales.