Miriam Alejandra Bianchi era maestra jardinera pero su pasión estaba en los escenarios. Saltó obstáculos, rompió los estereotipos noventosos y se convirtió en Gilda, el "angel de la movida tropical". Su voz, su presencia y sus canciones conquistaron a todo un país. Este viernes, la artista que nació en Villa Devoto, cumpliría 63 años.
La muerte de Gilda dejó una herida enorme en sus seguidores. Es que la cantante estaba en su mejor momento: había cumplido el sueño de vivir de la música y lo compartía con sus hijos. Hasta aquel septiembre cuando ocurrió el fatal accidente en Villa Paranacito (Entre Ríos).
Desde entonces, se instaló la creencia de que Gilda es una figura a venerar, una suerte de “santa popular”. De hecho, tiene su propio santuario, ubicado en el kilómetro 129 de la ruta 9 que es visitado de manera recurrente. Lugar en el que se encuentran los restos del micro en que circulaban al momento de fallecer ella y sus acompañantes.