A casi tres meses del fallecimiento del rosarino, Ricardo Rozín, su colega y amiga Romina Manguel lo recordó con cariño en un programa televisivo.
“Gerardo siempre supo que se iba a morir, desde el primer día del diagnóstico. Y él trataba de convencer a sus amigos más íntimos y querido. A mí me decía ‘me voy a morir, eh’”, comenzó diciendo la periodista.
“En los últimos tiempos, él me llamaba todas las noches a las 12 de la noche. Y era una carga fuerte porque, primero nos reíamos mucho, y después terminábamos hablando de la muerte, de las cosas que él quería cuando se muera y me pedía que yo lo anote. Como sabía que era una colgada, me decía ‘sé que no estás anotando, poné la cámara’. Y yo le contestaba ‘Gerardo, estoy en bombacha’”, agregó con humor.
Luego, continuó: “Yo terminaba llorando a veces hasta las 5 de la mañana y me acuerdo que hablé con mi analista de esto y con mis amigos, y decidí hablar con Gerardo para decirle que no podía soportar esto porque me dejaba rota todas las noches y yo no puedo no dormir porque, además, tengo dos hijas”.
“Entonces, lo llamé, me costó esa charla, y cuando me senté con Gerardo le dije que me estaban haciendo muy mal estas llamadas a la noche. Y él me responde ‘ah, bueno. Yo me voy a morir pero la señora no duerme. ¿Sabés qué? No me importa que no duermas, tomate algo después. Yo me voy a morir y cuando me muera, vas a dormir. ¿Me entendiste? No se charla más del tema’”, añadió.
Y cerró, a flor de piel: “Cuando volví a hablar con mi analista, le dije que me fue bárbaro en la charla porque, ¿para qué le voy a contar?”.