Canciones de cuna para corazones insomnes es el primer disco del cantante, guitarrista y compositor rosarino Leandro Acunia que, desde este viernes, se puede escuchar en plataformas digitales. La placa está integrada por once temas en clave de pop-rock, en los que confluyen “emociones, encuentros, desencuentros, soledades y momentos de felicidad”.

En la grabación del álbum producido por el Tano Baccega participaron los cantantes Rodrigo Manigot y Pablo Pino, Germán Wiedemer (piano y sintetizadores), Lucas Kocens (bajo), Cristian Borneo (batería) y Mavi Leone (coros). A la lista, se suma la banda en vivo integrada por Jula Acuña (guitarra), Juanjo Caporali (bajo) y Pupe Barberis (batería).

Canciones de cuna para corazones insomnes reúne los siete temas lanzados por Acunia en 2023, los cuatro editados este año y otros cuatro tracks nuevos. “Son canciones que, a pesar de representar distintos momentos compositivos, conservan un concepto estético, una identidad”, indicó el músico, que respondió a las Cinco preguntas de Rosario3.

—Canciones de cuna para corazones insomnes es tu primer disco. ¿Cómo lo definís?
—Un disco en la vida de un artista significa mucho. Me refiero a que es algo más que “un puñado de canciones”. Si bien vengo editando singles desde el 2023, y hay canciones que compuse hace tiempo, el álbum tiene una forma, un concepto estético que logramos que conservar. Para ello, conté con la colaboración de músicos que son más que grandes profesionales. Los temas fueron elegidos porque reflejan una particular mirada de los conflictos del espíritu y de las relaciones humanas.

—¿Por elegiste ese título?
—Es una frase que traigo desde hace años, en momentos en los que trabajaba mi identidad como artista. Siento que define lo que hago y que, a la vez, está relacionado con algunas cuestiones que ya abordó el rock nacional. En “Curitas”, Charly García que dice que “hay veces que no puedo dormir, hay veces que no quiero” o Calamaro en "La libertad", cuando dice sobre “los que sueñan despiertos, los que no pueden dormir”.

—¿Cómo fue el trabajo junto al Tano Baccega en producción?
—La experiencia de trabajar con el Tano fue muy enriquecedora. Siempre el trabajo con un productor lo es, porque son cuatro oídos en vez de dos, pero el Tano tiene una oreja y una cabeza musical impresionantes. Él produjo el disco, grabó guitarras y también se ocupó de la parte ejecutiva, coordinando con los otros músicos. Siento que aportó su experiencia, pero también su melomanía. Creo que el músico, en general, y el productor, en particular, tienen que escuchar mucha música porque es la forma de nutrirse. No digo que no haya rupturas, pero estamos parados sobre los hombros de gigantes y ahí trabajamos.

—¿Cómo definís tu música?
Hago canciones y me valgo del pop y el rock como herramientas para darles forma. Creo que la canción en sí es un género que transitan desde Iron Maiden y AC/DC hasta Jorge Drexler y Atahualpa Yupanqui. Lo demás son formas y lenguajes que elegimos, pero siempre en función de la canción. Es muy lindo el proceso de llevar las canciones, desde el momento en el que uno las escribe, en soledad o en banda, hasta que toman forma y se graban. Después, cuando suenan en vivo, también es muy satisfactorio. Hay mucha música y es, a veces, difícil hacerse oír entre en la multitud. Espero que estas canciones sean escuchadas”.

—¿Cuáles son tus influencias?
—Soy fan de The Beatles. Para mí, el mejor disco de rock en español es Artaud que, por más que sea de Pescado rabioso es de Spinetta, y tengo una lista de 20 discos más que, cuando los escucho, no los puedo sacar. En el rock nacional, Charly García, Fito Paez, Andrés Calamaro, Gustavo Cerati. También hay compositores como Manuel Moretti, Rodrigo Manigot o Francisco Bochatón, que me gusta cómo estructuran las canciones.