Crearon una tecnología que permite a las personas que la usan controlar movimientos simples con el pensamiento. Según publica Télam, para controlar la prótesis, la persona que la lleva debe pensar como si estuviera controlando un brazo fantasma e imaginar maniobras simples; a través de un sensor, esta tecnología interpreta las señales eléctricas enviadas por las motoneuronas -células nerviosas de la médula espinal encargadas de controlar los músculos del cuerpo- y las utiliza como órdenes.
Este descubrimiento supone un cambio radical en la forma en la que se controlan las prótesis de brazo convencionales, que se mueven por las contracciones de los restos musculares que quedan en el hombro o parte del brazo que no ha sido amputado.
Por eso tienen una funcionalidad muy básica, ya que apenas es capaz de capturar una o dos órdenes, lo que provoca que alrededor del 50 por ciento de personas con amputaciones la descarta, informó un despacho de EFE.
El científico de la Universidad Imperial College de Londres y líder del estudio publicado en Nature, Dario Farina, sostuvo que la capacidad de la prótesis de detectar señales de la motoneuronas logrará que pueda registrar más órdenes, haciéndola mucho más funcional.
"Esta tecnología es capaz de detectar y decodificar señales más claramente, lo que abre la puerta a la posibilidad de que las prótesis robóticas de brazos sean mucho más intuitivas y útiles para los pacientes", aseguró.
Junto con un equipo de expertos de Europa, Canadá y Estados Unidos, Farina llevó a cabo el experimento en seis voluntarios que padecían amputaciones del brazo desde el hombro o desde el codo.
Después de un tratamiento de fisioterapia los voluntarios eran capaces de realizar más movimientos de los que podían realizar con una prótesis convencional, entre ellos varias de las funciones reales de un brazo, desde doblar el codo y la muñeca hasta abrir y cerrar la mano.
Los responsables de la nueva tecnología consideran que aun hay que refinar esta técnica pero que podría estar en el mercado en los próximos tres años.
Ocio