No, esta vez no era una marcha de protesta sino todo lo contrario. Pero los vecinos empezaron a escuchar los petardos temprano, cerca de las 7 de la mañana. ¿Quiénes eran esos chicos que con disfraces absolutamente coloridos y originales se abrazaban y se sacaban fotos en el medio de la plaza San Martín? Los estudiantes de Odontología que terminan la carrera este año y que se concentraban para ir a la facultad, para realizar la tradicional bajada.
Un bebé de dos metros, brujas, duendes, mosqueteras componían una desordenada columna que no podía generar más que simpatía, sentimiento que seguramente cambiará cuando estén en un consultorio y obliguen a la gente a abrir la boca para meter el temible torno.
Pero este martes el clima era de fiesta. "Esta es la bajada tradicional, los de Medicina nos copiaron a nosotros. es un invento de Odontología", decía uno de los muchachos, que nunca se olvidan de sus vecinos que, como son más, suelen tener más notoriedad.