La tos crónica surge a partir de una inflamación permanente de la mucosa nasal o de los senos paranasales, lo que se conoce como rinitis y sinusitis, respectivamente. Las causas más habituales son alergias e infecciones. Esta irritación también afecta la faringe y la laringe, activando una estimulación a nivel nervioso cuyo resultado es la tos, que puede volverse crónica.
Si bien no es un trastorno grave, puede conllevar otras complicaciones respiratorias y, además, empeora mucho la calidad de vida de quien la sufre. El sitio Mejor con Salud detalló los ingredientes y dio la receta de un remedio casero para ayudar a combatirla.
Aloe vera (una taza): el jugo de esta planta es muy efectivo para tratar afecciones como la tos, la bronquitis o la gripe. Al consumirlo, favorecemos la eliminación de la mucosidad y suavizamos las vías respiratorias. De este modo, calmamos cualquier inflamación o irritación.
Miel de abeja (tres cucharadas): se suele presentar como el complemento perfecto para endulzar cualquier jarabe, jugo o preparado casero. Así, no solamente evitamos los efectos perjudiciales del azúcar, sino que también añadimos sus propiedades medicinales como el combate de virus y bacterias, y la eliminación de flemas gracias a su poder expectorante.
Aceite de oliva para calmar la tos seca (tres cucharadas): este aceite vegetal calma la irritación de garganta y la lubrica. Por este motivo, algunas personas consumen una cucharada antes de acostarse para prevenir los ataques nocturnos de tos. Además, fortalece las defensas.
Hay que mezclar bastante la miel líquida con el jugo de aloe vera y el aceite de oliva. Luego hay que dejarlo en la heladera.
Para tratar la tos seca o cualquier afección gripal podemos tomar este jarabe del siguiente modo:
1 cucharada (15 ml) en ayunas, media hora antes del desayuno.
1 cucharada (15 ml) media hora antes de la comida.
1 cucharada (15 ml) justo antes de acostarnos, separada de la cena.
Cuando ya estemos mejor y a modo de mantenimiento o prevención podemos tomar solamente una cucharada en ayunas o antes de acostarnos si nos da la tos por la noche.