“Cuando salí estaban todes les vecines afuera”. Así habló una mujer, testigo del ataque a balazos contra una de las viviendas que pertenecieron al juez Ismael Manfrín hace unas dos semanas. La forma fluida en la que hablaba la muchacha, sin distinciones de género, sorprendió en la redacción de Rosario3.com, y quizás también a quien la escuchó desde su casa. Pero el uso de la “e” en lugar de la “o” o la “a” que distinguen entre el femenino y el masculino se impone entre jóvenes y no tanto, que lo incorporaron con naturalidad a su lenguaje oral y escrito, donde además de la “e” se suma la “x” y el "@".
Este lunes, en una nota para el canal TN, la vicepresidenta del centro de estudiantes del colegio porteño Carlos Pellegrini dio muestra de ello al hablar fluidamente sin distinciones de género. En medio de las tomas de colegios para reclamar por la legalización del aborto, Natalia Mira dijo "algunes", por algunos o algunas; "poques diputades", por pocos diputadas o diputados; "les padres y madres", por los padres y las madres; "les estudiantes", por las estudiantes y los estudiantes; “indecises”, por indecisos; “nosotres”, por nosotros; “alumnes”, por alumnos, entre otros.
Todavía en primaria, una nena, cuyas maestras retaron por usar lenguaje neutro, justificó el uso de la “e” para no dejar afuera a nadie: “Hay trans que se sienten hombres, hay trans que se sienten mujeres, pero hay algunos, algunas y algunes que ni se sienten ni hombres ni mujeres”.
Sin embargo, desde la Fundación del Español Urgente (Fundéu), señalaron que, desde el punto de vista normativo, la mayoría de las gramáticas del español coinciden en que el uso de la letra “e” (la “x” y el arroba) para hacer explícita la alusión a los dos sexos es innecesario e inadecuado, dado que, en español, el masculino, como género no marcado, puede emplearse para englobar al masculino y al femenino.
No obstante, para evitar un uso sexista del lenguaje, existen recursos lingüísticos que sí están aceptados normativamente aunque se mantiene un monitoreo constante de los usos del lenguaje para, llegado el caso, replantear el reemplazo de esas letras.
Juan Mascardi, que coordina el programa Fundéu Argentina, señaló a Rosario3.com, que la “la idea es estar atentos y perceptivos, porque la lengua es dinámica”.
Por su parte, en una entrevista para Clarín, la lingüista Concepción Company advirtió contra “tocar mucho la gramática” porque “es un repositorio histórico” que para que siga funcionando, debe afrontar los cambios de forma paulatina.
Desde la otra vereda, la periodista, escritora y militante feminista Luciana Peker, que hace poco pasó por Rosario para presentar su libro Putita golosa en la Feria Internacional del Libro, defendió el uso de la “e”, “que nos saca de la pelea entre la O y a la A y nos abre arcoiris de posibilidades”.