La necesaria relación entre familias y escuela tiene como objetivo principal el bienestar y la mejora educativa del alumnado, pero no por ello carece de incomodidades, desencuentros y fricciones entre las dos partes implicadas. Sobre todo a raíz de que en el último tiempo muchos padres han puesto en cuestionamiento la autoridad de los directores educativos.

El sitio Aula Planeta planteó el escenario en el que se encuentra esta relación y brindó una serie de iniciativas para restaurar esa aparentemente deteriorada confianza, con el objetivo de mantener un fluido canal de comunicación entre la escuela y las familias, aprovechando el auge de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

La transparencia y la confianza que se produce a partir de la retroalimentación otorgada por el feedback son algunos de los elementos que hacen de la comunicación algo más que un mero intercambio informativo. Pero esto no se reduce a grupos de Whatsapp.

A continuación, algunos posibles consejos para que las escuelas puedan conseguirlo:

- Muchos centros educativos tienen una página web, y vinculada a ella un newsletter desde el que se pueden distribuir periódicamente las noticias que afecten al centro y a su alumnado entre las familias de los chicos. De este modo, estarán informados de todo lo que ocurre en la escuela, sintiéndose partícipes e integrados de una forma cómoda para ambas partes.

- Pese a que su introducción en las escuelas sigue teñida de controversia, se pueden crear redes sociales de uso más o menos habitual como puedan ser Facebook o Twitter, aunque su uso debe ser a discreción y bajo un estricto control de acceso y privacidad. También se pueden usar otras redes como Instagram, aunque en este caso se aconseja que las familias autoricen por escrito la difusión de las imágenes de los alumnos para así evitar posibles, y potencialmente violentos, malentendidos.

- Estas redes sociales generan una sensación de pertenencia que puede verse muy potenciada si se convierte en un punto de encuentro entre familias y escuela, pese a que eso requiere que alguien se encargue de su gestión y de responder a las preguntas o comentarios de los familiares, en el caso de que sea necesario.

- También se pueden crear foros o incluso programas de votación para que tanto docentes como familias puedan participar. Bajo un estricto control, en base a una serie de principios y derechos de participación comunicados a las familias, ambas estrategias pueden utilizarse para conocer las opiniones de los familiares sobre determinados temas, de forma más genérica que durante las tutorías.