Elsa "Chiche" Massa perdió las respuestas sobre el paradero de su hijo, Ricardo, en un frío agosto de 1977, durante la última dictadura cívico militar. Desde aquel momento, su vida cambió para siempre. "Ya cumplí 91 años. Temía no llegar a los 40 años del golpe, para volver a recordar todo el sufrimiento que hemos tenido", comentó.
En diálogo con el programa Radiópolis (Radio 2) que conduce Roberto Caferra, Elsa explicó que hace 40 años su vida se volvió "complicada", ya que tras el comienzo de la dictadura "la patota de Feced o la Triple A atentó" contra su vivienda para hallar a su hijo. "Ricardo, ante la magnitud de la destrucción de nuestro hogar temió por su vida, la mía y la de su padre. Entonces se exilió dentro del país. Vivíamos penando, esperábamos noticias de él", agregó.
Ricardo Massa cumplió 30 años el 21 de agosto de 1977. Cinco días después desapareció. "Desde ese momento empezó la lucha por preguntar dónde está, qué ha pasado. Hicimos tantas preguntas en todas partes y en ningún lado había una respuesta satisfactoria; a veces ni había respuestas", expresó.
"Los de afuera decían: «Algo habrá hecho»; y los de adentro decíamos: «No te metas»", relató.
El hijo de Elsa Massa era médico y formaba parte de la agrupación Juventud Peronista y luego de Montoneros. "Yo le decía que él podía ayudar a la gente que necesitaba desde su profesión. Él me respondía que conocía las injusticias del mundo y que yo no las vivía por venir de un hogar bien constituído. A su edad, una madre tiene que resignarse de sus decisiones, porque mi poder de autoridad ya estaba disminuído", apuntó.
A sus 91 años, la integrante de Madres de Plaza de Mayo de Rosario toma este 24 de marzo de una manera particular. "Temía no poder llegar a esta fecha para recordar todo el sufrimiento que hemos tenido. También reconozco que con el paso del tiempo la gente tomó conciencia y las madres son reconocidas por su lucha, algo que no pasaba hace muchos años", describió.
La edad de Elsa no es impedimento para desarrollar su agenda. Según confesó, brinda charlas en escuelas –primarias, secundarias y eempas– "hace varios años" en Rosario y localidades vecinas. "Siempre me traigo un trato afectuoso y amigable que me gratifica", concluyó.
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