Aunque lleva muchos años propagándose, la crisis económica puso de moda al llamado Telar de los Sueños en Rosario, con más fuerza en los sectores prósperos de la ciudad. La pirámide virtual de la que participan sólo mujeres a cambio de dinero bajo la promesa de conseguir una suma superior y a la vez, recibir bendiciones espirituales, genera un cruce de opiniones entre quienes han logrado acceder a bienes materiales a través de esta red que se presenta como una forma de unión comunitaria femenina y entre los que ven en esta modalidad una estafa encubierta. “Los sueños, sueños son” escribió Calderón de la Barca pero también existen las pesadillas.
“El telar de los sueños”, “Mandala de la abundancia”, “Círculos de la prosperidad”, “Flores de la abundancia” y “Ruedas de la amistad". Múltiples nombres para una misma estrategia: tejer una red de dinero, estrictamente entre mujeres, que se multiplique y que se reparta. Al menos es la idea “oficial” de la iniciativa que se propagó con fuerza en Rosario, en medio de una crisis económica que golpea hasta los que más tienen. Todo empieza con una convocatoria a través de una conocida, de quien se recibe la invitación a participar. En general, la presentación es a partir frases que explican la existencia de un movimiento internacional que a través de esta red o telar, permite a las participantes hacerse de buen dinero, de ayudar y de ayudarse a cumplir deseos.
El telar consta de cuatro estados que se atraviesan durante cuatro meses, ‘fuego’, ‘viento’, ‘aire’ y ‘agua’. Se ingresa el primer mes por ‘fuego’, con una determinada cantidad que va desde centenares a miles de pesos o dólares, que es el regalo que se dá a la ‘mandala’ que se va el ‘agua’ (persona que después de haber pasado por los cuatro estados egresa del círculo con cientos de miles, supuestamente). El segundo elemento es ‘viento’, entonces se sopla para conseguir dos ‘chispitas’ (personas) que tengan ganas de cumplir sueños y ayudar a otras. Cuando ingresan estas dos ‘chispitas’, vuelve a salir otra ‘mandala’ del grupo.
El economista Federico Fiscella consideró, en diálogo con Roberto Caferra (Radiópolis, Radio 2), que el “Telar de los Sueños” es un “esquema Ponzi”, término utilizado para describir cualquier estafa que paga a los primeros inversores ganancias de los inversores posteriores, basado en el accionar del italiano Carlo Ponzi, célebre defraudador. “El retorno general que puede dar el capital está bastante unificado, se sabe el riesgo, cuánto se puede pagar y si realmente hubiera una fuente de dinero superior, se volcaría todo hacia ese lado”, apuntó.
Para el especialista “lo que se consigue con este alto retorno es empezar una especie de sistema que se dice de cooperación pero es una estafa que con el dinero que va entrando se paga al que estaba antes que vos pero el sistema se rompe porque es imposible que sea infinito”, planteó crítico y agregó: “Sólo cobran los primeros que cuando cobran levantan el dinero y si ingresás a 7 u 8 personas ese dinero no va a estar y al final estás estafando gente”.
Fiscella puso como ejemplo el esquema que integra a 102 mujeres: “Nunca se llega, de cada 10 que cobra, hay 70 estafados”, ejemplificó e ironizó: “De “mandala” se convierte en “mandá la guita””. Además, observó: “Enganchan con el slogan de que si no cobrás igualmente serás recompensado con la energía planetaria y un montón de cosas así”.
Muchos usuarios se comunicaron con Radio 2 para compartir sus experiencias en relación a esta modalidad. “Muchísimas amigas de mi mujer intentaron venderle. Están todas desesperadas expandiendo la red de deuda para ganar guita a través de embaucar a más y más minas”, escribió un oyente al WhatsApp de la emisora. “Montones de personas hechas mierdas y montón de esposas súper reconocidas de la sociedad rosarina estafando a otras mujeres sin darse cuenta”, lanzó otro. “En todos los countries de Rosario, Buenos Aires y Córdoba se está dando una estafa que se llama Telar. Es claramente un esquema de Ponzi que afecta a mujeres al pedo con guita para invertir en un sistema piramidal. En Rosario está que explota”, fue el comentario de otro usuario.
A solventar los sueños
Sin embargo, el telar tiene “tejedoras” que lo defienden. Muchas mujeres dan cuenta de haber integrado este tipo de pirámide con buenos resultados: pudo comprarse la cocina que le permitió desarrollar un emprendimiento, accedió al fin al viaje a Disney que tanto esperaba junto a sus hijos, logró comprarse aquel saco carísimo y así, siguen los “sueños hechos realidad”. También, aseguran haber conseguido esa prometida unión espiritual con otras mujeres.
“El telar es una economía solidaria donde nos ayudamos entre todas a recibir regalos de dinero para así cada una solventar sus sueños. Es una experiencia de acompañamiento y sostén entre mujeres donde todas recibimos y todas damos. Un aprendizaje de algo tan simple”, describió una joven que ingresó a la red con mil pesos. Según detalló comenzó en noviembre y ya está en su “cuatro fractal” y ya recibió 3 de 8.000 pesos. “Ahora cuando termina el que estoy tejiendo recibo otros 8.000 y así”, expuso.
Para la joven, la participación “está acompañada generalmente por un trabajo personal de auto observación en cada una de las fases, para ser conscientes de qué nos pasa cuando trascendemos la carga que le damos al dinero socialmente y cuando nos atrevemos a auto sostenernos. Es un trabajo de confianza y empoderamiento”, confió.
Finalmente, destacó: “Para mí es una hermosa forma de sostener mis deseos sin poder poner el no puedo por la más famosa excusa del dinero y también de ayudar a atravesar las trabas de otras mujeres para que permanezcamos en las formas que nos hacen bien, sin sacrificios ni sometimientos. Es tan simple y mágico cómo suena. Te doy un regalo, recibo ese regalo por ocho. Lo único que hay que hacer para que eso funcione es invitar a más mujeres. Se alimenta de nosotras y funciona por nosotras”.
Consultada sobre las voces que sostienen que es un modo de estafa, manifestó: “No me importa mucho lo que se dice; es más conozco cada vez más gente que teje, por lo menos en mi círculo”, al tiempo que consideró que quizás suceda en “telares de mucha plata que tarden mucho y al final no recibís porque no entra gente”.