La vitamina D es un nutriente sumamente importante para la salud, ya que ayuda al cuerpo a absorber calcio para tener huesos fuertes, fortalece los nervios que llevan mensajes hacia y desde el cerebro, asiste al sistema inmunológico contra las enfermedades y cumple un papel clave en el movimiento muscular.
El sol es una gran fuente de vitamina D, pero si bien es cierto que para algunos puede ser suficiente, otros necesitarán cambios en su estilo de vida o la ingesta de suplementos. Y es que la cantidad de melanina que contiene la piel afecta la cantidad de esta vitamina que podemos producir. Así, menos melanina da como resultado una piel más clara, que tampoco protege contra los dañinos rayos ultravioleta.
En cambio las personas con más melanina en la piel (y por tanto una piel más oscura) tienen mejor protección contra el sol, pero tardan más tiempo en producir vitamina D, por lo que es más probable que tengan deficiencia de vitamina D, según consignó Muy Interesante.
Por otro lado, algunas personas pueden no absorber la cantidad conveniente de luz por trabajar de noche, permanecer adentro durante el día, cubrirse demasiado la piel o usar un protector muy alto. Una forma de remediarlo es apelando a otras fuentes naturales de vitamina D, como el salmón, el atún, el queso, la yema de huevo o el hígado de res.
¿Qué pasa si tengo poca vitamina D? Es muy probable que esto favorezca el desarrollo de huesos débiles, contribuyendo a sufrir osteoporosis. Esto causa huesos frágiles que pueden fracturarse más fácilmente.