Prófugos. Los hermanos Martín y Cristian Lanatta, y Víctor Schillaci, seguían este viernes siendo prófugos. La búsqueda de pistas se amplió en las últimas horas a la zona de Coronda, donde se realizaron varios allanamientos, según reveló el jefe comunal de Gessler, Juan Vigliani . Mientras tanto, para los rastrillajes en las zonas rurales en los alrededores de San Carlos trajeron perros especialmente entrenados.
Las tareas a pie se vieron dificultadas a primera hora de la mañana por las adversas condiciones meteorológicas: viento del sur y lloviznas. Pero a las 9 las condiciones meteorológicas había cambiado, pues se disiparon las nubes.
Durante toda la jornada del jueves, en medio de un alerta máxima, buscaron a los prófugos en el centro de la provincia de Santa Fe, en la zona de San Carlos, pero no los encontraron. A la mañana mantuvieron dos tiroteos con la Gendarmería. Hirieron a dos efectivos, en el primero hasta les robaron armas y aparentemente una camioneta con la que escaparon. Recién a media mañana avisaron al Ministerio de Seguridad de la provincia, que sumó su policía a una búsqueda que incluía todas las fuerzas federales, grupos de operaciones especiales, francotiradores, helicópteros y un comando unificado pero que de todos modos comenzó a trabajar en forma coordinada demasiado tarde.
La esperanza era encontrar a los tres condenados por el triple crimen de General Rodríguez que se fugaron del penal bonaerense de General Alvear el domingo 27 de diciembre. No ocurrió. En el fin del jueves la presunción era que estaban a pie, escondidos en la zona rural de una región en la que había varias localidades conmocionadas y en las que no se veía un alma en la calle: San Carlos, San Agustín, Franck, Matilde y Gessler. La pregunta, ya avanzada la noche, era si efectivamente seguían por allí y si la demora en armar el cerrojo en todas las rutas, por el aviso tardío a la policía provincial, no les dio tiempo para salir de las fronteras santafesinas.
La conmoción comenzó el jueves a la mañana temprano, cuando dos efectivos de Gendarmería fueron heridos a balazos en dos tiroteos registrados en localidades de la provincia.
Los investigadores descubrieron una tapera, una especie de galpón abandonado, en el que los prófugos estuvieron escondidos, ya que había ollas y alimentos, y determinaron que se robaron chalecos antibalas y armas de Gendarmería durante uno de los ataques.
Tras allanar una casa en zona rural de la localidad de San Carlos (departamento Las Colonias), los agentes vieron a tres hombres en una plantación de soja. Dieron la voz de alto, y los tres sujetos respondieron: “Alto, policía”. Tenían ropa similar a la de la Policía Bonaerense.
Se produjo entonces un primer escape a pie. Hasta que en un momento Schillaci se dio vuelta y apuntó a los gendarmes: estaban a 30 metros y llegaron a estar a 15. Gendarmería no disparó, pero sí lo hizo Schillaci, que es instructor de tiro e hirió a un efectivo federal en un brazo.
Luego, según la información que pudo recabar el periodista Hernán Funes, los prófugos redujeron a los gendarmes y hasta les robaron armas.
Escaparon a bordo del utilitario en el que habían llegado los efectivos por caminos vecinales paralelos a la ruta 6, que une San Carlos sur con Gessler, y se inició un fuerte operativo para dar con su paradero.
Mientras tanto, al lado del rancho allanado se encontró una camioneta Renault Kangoo con papeles a nombre de la ex suegra de Cristian Lanatta, quien la había adquirido el 18 de diciembre, y en el interior había dos teléfonos celulares con sus respectivos chips. Todo fue dispuesto para ser peritado y buscar pistas y conexiones.
En tanto, dentro del galpón había una pequeña garrafa, una olla, cubiertos, arroz, leche, frazadas, una pala, pistoleras y porta cargadores de pistolas, por lo que se cree que los prófugos estuvieron algunos días escondidos allí, detalla la agencia Télam.
Raid y más adrenalina
Poco después, entre las 9.30 y las 10, se produjo un nuevo enfrentamiento en la localidad de San Agustín, departamento de San Jerónimo -cerca de Coronda-, cuando quienes iban a bordo de la misma camioneta evadieron un control de Gendarmería montado en un camino vecinal cercano a la autovía 19, que une Santa Fe con Córdoba.
Allí, los prófugos mantuvieron un segundo tiroteo desde su vehículo con gendarmes a bordo de una Volkswagen Amarok en el que resultó herido el comandante Mario Valdez (44), oriundo de Rosario. Fue trasladado al hospital de Cullen, de la ciudad de Santa Fe, donde a la tarde permanecía internado estable.
Los Lanatta y Schillaci escaparon en la Berlingo, que después también fue encontrada abandonada.
Los procedimientos de la mañana fueron dispuestos por el juez federal porteño Sergio Torres, quien investiga la presunta existencia de un apoyo de grupos narcocriminales para que los hermanos Cristian (44) y Martín Lanatta (42) y Víctor Schillaci (35) continúen prófugos, informó el fiscal federal Jorge Di Lello.
En el Ministerio de Seguridad de Santa Fe había molestia, pues recién después del segundo tiroteo se recibió la notificación de que se perseguía a los prófugos en la provincia y se lamentaban por el tiempo perdido donde se pudo haber prestado colaboración con las fuerzas locales.
Operativo cerrojo
En horas de la tarde, continuaban los operativos en las zonas de Las Colonias y Sauce Viejo para atrapar a los agresores y con la presunción de que pudieron haberse dividido: por un lado los hermanos Lanatta y por otro Schillaci.
El enorme despliegue alteró la habitual tranquilidad de los pueblos de la zona, donde las autoridades recomendaban a los vecinos que, en lo posible, no salieran de sus casas. Incluso, que se resguardaran bajo llave, en lugares donde todavía se conserva la costumbre de las puertas abiertas.
Los voceros dijeron que uno de los vehículos que se seguían eran un auto Suzuki Fun color champagne. Las rutas de la provincia de Santa Fe, sobre todo en el centro provincial, quedaron en medio de un intenso operativo cerrojo, con requisas auto por auto.
En San Carlos Centro se constituyó un centro de operaciones en el marco del Comité de Crisis para coordinar la búsqueda entre las fuerzas provinciales y federales. Desde allí trascendió que podía llegar al lugar la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, pero al rato se descartó esa posibilidad.
Los rastrillajes se realizaban por tierra y por aire, con apoyo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), ya que en la zona no hay cursos de agua. Pasadas las 18, varios helicópteros sobrevolaron algunas fincas enclavadas en pleno campo, con la presunción de que allí pudieran hallarse refugiados los evadidos.
Al menos en una, descendieron agentes del Grupo Especial de Operaciones Federales (Geof) y se sumaron refuerzos por tierra. Irrumpieron en la casa, sin resultados.
Cayó la noche y el rastrillaje continuó. Ya sin la luz natural, no trascendieron demasiados detalles para conocer en qué se centraría el procedimiento de las diferentes fuerzas desplegadas.
A raíz de los dos ataques tomaron intervención judicial el juez federal de Santa Fe Reinaldo Rodríguez y el fiscal de ese fuero Walter Rodríguez, quienes estaban en contacto con el juez Torres.
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