Cuando Phoebee Bambury, una joven británica de 19 años, comenzó a sentir fiebre y un ligero dolor de cabeza, sospechó que lo que tenía no era sólo un resfrío común. Y eso le salvó la vida, revela una crónica publicada en el portal BBC Mundo.
Ante los síntomas, Phoebee visitó al médico y el diagnóstico fue Síndrome de Choque Tóxico (TSS por sus siglas en inglés), una afección causada por bacterias que ingresan al organismo y liberan cantidades letales de toxinas. La misma puede causar la muerte.
La enfermedad está asociada al uso de tampones por demasiado tiempo, aunque este síndrome puede adquirirse de diversas maneras
"En un principio yo sólo pensé que pasaba por una malestar trivial y que me sentiría mal por unos días", contó la joven a la BBC.
Al dolor de cabeza y la fiebre, en cuestión de horas se sumó el malestar muscular y los vómitos.
"Por supuesto nadie piensa «quizá tengo un choque tóxico», pero yo sospechaba que esos podían ser los síntomas y que necesitaba revisarlos", agregó.
Tras acudir a un hospital, los médicos confirmaron que los tampones provocaron en Phoebee el síndrome de choque tóxico, aunque ella insiste en que no usó el tampón por más de ocho horas.
Tal es la conexión que existe entre el TSS y los tampones que, en algunos paquetes, puede hallarse la descripción de los síntomas.
"Creo que como parte de la educación sexual y las charlas sobre tampones y condones, deberían de hablar de este tipo de síndromes", recomendó la joven que, tras ser dada de alta tres semanas atrás, se dedica a enseñar cómo detectar la enfermedad a tiempo.