El método habitual de administración de vacunas, la inyección intramuscular, probablemente no sea el más efectivo, según un reciente estudio.
De acuerdo a una reciente investigación de la Universidad de Yale, durante la vacunación una subpoblación de células dendríticas es vital para desencadenar el sistema inmune adaptativo del cuerpo.
Estas células son las encargadas de procesar y transportar el antígeno al ganglio linfático, que es donde se “evalúa” y producen los anticuerpos específicos para combatirlo. A la conclusión que llegaron los científicos es que para que la vacune funcione de la mejor manera posible, debe administrarse donde sea más accesible para las células dendríticas.
Ocurre que el método habitual libera antígenos donde estas células son relativamente escasas. En cambio se descubrió que las inyecciones intradérmicas pueden ser mucho más eficientes para impulsar la producción de anticuerpos, según consignó 20 Minutos.
Además, un suministro más eficiente de las vacunas podría significar que se podrían administrar dosis más pequeñas, lo que aumentaría el número de personas que podrían vacunarse durante una pandemia o cuando una vacuna dada es escasa.