Organismos de derechos humanos repudiaron el beneficio de prisión domiciliaria concedido al genocida Miguel Etchecolatz, en un concurrido acto realizado en el Concejo Deliberante de la ciudad de Mar del Plata.
Participaron de esta actividad referentes de organismos de derechos humanos como Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y Rubén López, hijo del dos veces desaparecido Julio López, junto a militantes políticos y sociales, víctimas directas e hijos y familiares de represores agrupados en Historias Desobedientes.
Las organizaciones ratificaron la convocatoria para marchar este sábado a las 18 desde la sede del Tribunal Oral Federal en Mar del Plata, en avenida Luro al 2450, hasta la plazoleta Almirante Brown, en la rambla Casino de Mar del Plata.
Al hablar en el acto de este mediodía, Taty Almeyda responsabilizó al Gobierno nacional por el "retroceso de 40 años" en materia de derechos humanos y afirmó que, en ese contexto, Etchecolatz "tiene el tupé de estar acá ensuciando estas playas, ensuciando a la gente de bien que vive en esta bella ciudad balnearia".
"Hemos retrocedido 40 años todo lo que habíamos logrado. Realmente pretenden -no lo van a lograr- borrarlo, pero acá estamos cada vez más juntos y así tenemos que seguir, dejando de lados las diferencias y juntando las coincidencias. Es la manera en que pacíficamente vamos a seguir luchando y resistiendo", agregó.
Por su parte, Rubén López dijo que "es realmente difícil reclamar porque los genocidas no queden sueltos y que cumplan la cárcel efectiva, como corresponde", y que esta tarde participaría también en la "marcha y protesta en el bosque Peralta Ramos, convocada por vecinos" de ese barrio marplatense.
En esa zona boscosa de Mar del Plata tiene su casa el ex comisario general de la Policía bonaerense que tuvo a su cargo 21 centros clandestinos de detención, torturas y exterminio durante el régimen terrorista de Estado.
Lopez recordó que el pasado 27 de diciembre se conoció "que en la sexta condena a cadena perpetua (a Etchecolatz) le habían sido concedida la libertad domiciliaria, porque no es otra cosa que eso, no es prisión. Que yo sepa, la prisión se cumple en la cárcel, como lo hacen todos aquellos que cometen delitos".
"Yo decía que lo único que faltaba era que este gobierno firme los indultos. Y después me dije que ya están los indultos. Están indultando a los genocidas porque necesitan liberar las cárceles para meter presos a aquellos que defienden al pueblo, caso Milagro Sala y tantos otros dirigentes", señaló.
Por ultimo, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo filial Mar del Plata, Leda Barreiro, describió su propia sensación al enterarse que el genocida podía regresar a su casa: "Fue una trompada en el estómago cuando uno está distraído, eso es la impunidad", expresó.
"La justicia debería ser ciega e independiente pero ahora lleva esposas y está sometida", aseveró Barreiro y reclamó que los condenados por crímenes de lesa humanidad cumplan sus penas en "cárceles comunes".
Miguel Etchecolatz (88 años) fue condenado en numerosos juicios de lesa humanidad, con sentencias que incluyen cuatro prisiones perpetuas en las causas conocidas como "Etchecolatz", "Circuito Camps", "Favero Alvarez" y "La Cacha".
Los hechos por los cuales fue juzgado y condenado fueron cometidos contra más de 440 víctimas de secuestros, torturas, asesinatos, desapariciones forzadas y sustracción y apropiación de hijos de desaparecidos, entre otros delitos.
Miguel Etchecolatz (88 años) fue condenado en numerosos juicios de lesa humanidad, con sentencias que incluyen cuatro prisiones perpetuas en las causas conocidas como "Etchecolatz", "Circuito Camps", "Favero Alvarez" y "La Cacha".
Tiene además varios procesos judiciales aún abiertos que incluyen al menos a 520 víctimas por los mismos tipos de delitos.
Etchecolatz será juzgado también por otras causas que esperan elevación a juicio, entre ellas la del centro clandestino de detención “El Infierno” de Lanús, el “Caso barrio San José de Almirante Brown” y las causas que investigan crímenes del terrorismo de Estado cometidos en Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y Brigada de San Justo.