Los 34 obispos de Chile presentaron su renuncia este viernes al papa Francisco en el marco de los errores cometidos en la gestión de casos de abuso sexual cometidos por religiosos en ese país. Los prelados estuvieron reunidos con el pontífice argentino en el Vaticano desde el martes. Hasta que Francisco decida si acepta o no sus dimisiones, todos continuarán en “plenas” funciones.
Según informó EFE, los obispos habían sido convocados a Roma del 15 al 17 de mayo por los escándalos de abuso sexual que salpicaban a la Iglesia, sobre todo en relación al caso del obispo de la diócesis de Osorno Juan Barros, acusado de encubrir al sacerdote Fernando Karadima.
Francisco los mandó a llamar después de haber constatado que fue mal informado sobre Barros, a quien acusan de que sabía que el cura Karadima abusó durante años de menores. El pontífice incluso había sido duramente criticado en su momento por defenderlo públicamente. Hasta rechazó su renuncia dos veces, convencido de su inocencia a pesar de la insistencia de las víctimas sobre que era un encubridor.
El secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile, el obispo Fernando Ramos Pérez y el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González Errázuriz, comparecieron ante la prensa para leer una declaración en la que anunciaban que "ponían su cargo en manos de Santo Padre para que libremente decida con respeto a cada uno de nosotros".
Después explicaron que mientras el Papa toma una decisión sobre cada uno de ellos "continuarán en sus plenas funciones".
En la declaración leída ante la prensa y sin posibilidad de preguntas, quisieron "pedir perdón por el dolor causado a las víctimas y al pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones".
Dieron las gracias "a las víctimas por su perseverancia y valentía, a pesar de las dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar, tantas veces, en medio de la incomprensión y ataques de la comunidad eclesial".
"Una vez más imploramos su perdón y su ayuda para seguir avanzando para la curación y cicatrización de heridas", agregaron.
Los obispos explicaron que se ponen "en camino, sabiendo que estos días de honesto diálogo han sido un hito dentro de un proceso de cambio profundo conducido por el papa Francisco y en comunión con él, queremos restablecer justicia y contribuir a la reparación del daño causado".