Nahuel Guzmán es una muestra de que no todos los futbolistas viven en una burbuja, aislados de los problemas diarios que atraviesan aquellos que los veneran y les dan la categoría de ídolos. El Patón siente pasión por las causas sociales y no se queda en lo discursivo; le pone el cuerpo, la voz y el sentimiento cada vez que puede.

Por todo eso, lo primero que hizo cuando regresó de México y volvió a pisar su tierra rosarina, fue ir a visitar a los pibes de Comunidad Rebelde, el centro comunitario que apadrina en el corazón de Villa Banana.

El ex arquero de Newell’s, y actual de Tigres de México y de la selección nacional, publicó fotos junto a los chicos (y no tan chicos) de ese barrio con tantas necesidades. Y escribió: “Detrás de cada visera hay una historia”.

Guzmán fue nombrado padrino de Comunidad Rebelde en 2013 junto al ex arquero de Central, Manuel “Melli” García, cuando ambos organizaron un evento integrador en Villa Banana antes de un clásico.

El Patón también integra el colectivo “Pelota de papel” junto a otros hombres vinculados al fútbol. El ex portero leproso está comprometido con causas muy emblemáticas en nuestro país, como Malvinas y el reclamo por Memoria, Verdad y Justicia para las víctimas de la última dictadura cívico-militar. 

Y siempre está organizando actividades solidarias (sin preocuparse por la aparición en los medios de las mismas) junto a otros protagonistas del fútbol rosarino, como Sebastián Domínguez y el que será entrenador de Gimnasia de La Plata a partir del próximo torneo, Mariano Soso.