Tras la denuncia pública de Thelma Fardín contra Juan Darthés, se conocieron otros tres casos de mujeres que acusaron al actor de acoso sexual. Dos de ellas son actrices y una es una mujer que trabajó en el equipo técnico de una de las tiras que protagonizó Juan Darthés.
El caso más reciente salió a la luz este miércoles, la denuncia aún no está radicada. La víctima se encuentra aún bajo tratamiento psicológico. El hecho habría ocurrido cuando ella tenía 18 años y trabajaba como asistente de producción de uno de los programas que grabó Juan Darthés.
Fue la abogada Raquel Hermida Leyenda, que asesora a las otras dos víctimas actrices de Juan Darthés, Anita Coacci y Natalia Juncos, quien contó este miércoles en el programa Intrusos (América) sobre la cuarta víctima.
Según la abogada la joven fue abusada sexualmente con acceso carnal cuando tenía 18 años.
“Para afrontar una denuncia de este tipo hay que tener una cierta estabilidad emocional, un buen asesoramiento profesional y tener bien claro qué vas a hacer. Por eso hay que denunciar acompañada, con un contexto social que te contenga, un organismo, la iglesia o lo que sea. Eso te sirve de recuerdo y como contención frente a la violencia institucional que te puede tocar cuando hagas la denuncia", dijo Hermida Leyenda.
Anita y Natalia
Los casos de Ana Coacci y Natalia Juncos se conocieron después de la acusación de Calu Rivero contra Juan Darthés.
Coacci había compartido con Darthés algunas escenas en Gasoleros, durante el año 1998. La actriz, al ver el debate televisivo sobre el caso Rivero, publicó una carta en Facebook donde contó que el actor abusó de ella en el camarín.
"En un parate de la grabación estaba charlando en un camarín con JD, a quien conocía desde adolescente y le contaba que cuando era chica y mi viejo dirigía una comedia en la que él cantaba yo escuchaba siempre que iba una canción que me encantaba como la cantaba. Momento en el que el señor se desliza con la silla que tenía rueditas y se me tira encima, se para y me tira contra la pared, me besa, me mete la lengua, me agarra la mano y me hace tocarle su sexo, mientras me dice «Mirá como me ponés». Yo congelada y sin poder reaccionar. En segundos entró una de las chicas de vestuario y él se separó inmediatamente y yo me fui. Los días siguientes de grabación me persiguió. Terminé de grabar y no volví a verlo. Supe que mientras esto pasó su mujer estaba embarazada y eso me sumó más asco", escribió Anita, quien dado el tiempo transcurrido y la dificultad para probar el hecho tampoco pudo realizar una presentación judicial.
Casi simultáneamente, Natalia Juncos, quien había compartido una grabación con él en Se dice amor, en 2005, salió a dar su testimonio a los medios. "Yo tenía puesto un vestido corto, debajo de la cola, muy sexy. Antes de filmar, me tocó con el dedo índice y me lo pasó desde la nuca, hasta donde comienza el fémur y me dice «y cómo me calentás», me doy vuelta y me dice «mirá cómo me ponés» y me muestra la erección que tuvo. Me quedé estupefacta", había contado la actriz cordobesa, que tampoco denunció lo ocurrido por temor a la condena social contra ella misma.