Este miércoles el presidente del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, asumió la presidencia interina del país en un intento de desplazar al presidente Nicolás Maduro, tildado de “usurpador”. Guaidó tiene 35 años y representa para Maduro su mayor desafío.
De acuerdo al perfil que hizo el periodista Ron González para EFE, el joven que hoy le planta cara a Maduro es casi un recién llegado. Llegó al Parlamento de la mano del partido Voluntad Popular (VP) y le tocó la presidencia en el marco del acuerdo que hizo la oposición para turnarse la dirección del cuerpo legislativo desde 2015.
Voluntad Popular es el partido del líder preso Leopoldo López, del asilado Freddy Guevara y del exiliado Carlos Vecchio, sus dirigentes más experimentados y representativos.
De ese trío, solo Guevara no estaba procesado judicialmente antes de 2015, y por su ascendencia dentro de VP estaba llamado a tomar las riendas del Legislativo este año, pero se asiló en la embajada de Chile en Caracas para evitar enfrentarse a la Justicia, que investiga su papel en las protestas violentas de 2017, que se saldaron con más de 100 muertos.
Así, Guaidó, un ingeniero de 35 años con maestrías en Administración Pública, subió a la presidencia del Parlamento y acaparó los focos, convirtiéndose rápidamente en el nuevo líder del antichavismo.
Este legislador elegido por el costero estado de Vargas, cercano a Caracas, es definido como de centro por sus colaboradores, pese a que milita en una agrupación que es miembro pleno de la Internacional Socialista y que voceros del gobierno de Maduro ubican, a manera de insulto, a la derecha del espectro político.
En su adolescencia, Guaidó sobrevivió a la "tragedia de Vargas", como se conoció a las lluvias e inundaciones que dejaron miles de muertos y desaparecidos, y trastocaron la normalidad de esa entidad federal en 1999.
Guaidó inició su carrera política como líder estudiantil, vinculado con la social democracia, en la Universidad Católica Andrés Bello, hasta que se unió a VP, del cual figura como miembro fundador, en 2009.
Su primer escaño en el Parlamento lo ganó como diputado suplente para el período 2010-2015, y luego fue designado como candidato a legislador principal por su partido en ese último año.
En su trabajo parlamentario defendió la soberanía de Venezuela sobre el Esequibo, una zona en disputa con Guyana y que supone un tercio del territorio de este país, y ha denunciado el entramado de corrupción gubernamental por el caso Odebretch, que según una investigación del Legislativo dejó a Venezuela pérdidas patrimoniales millonarias.