El hombre que el domingo mantuvo un altercado con el chofer de la línea 122, quien luego sufrió un infarto y terminó con el colectivo en la vereda, deberá someterse a nuevos exámenes médicos pero no será internado compulsivamente como solicitaba la Fiscalía.
Así se resolvió este martes durante una audiencia imputativa desarrollada en los Tribunales Provinciales.
El fiscal que interviene en la causa, César Cabrera, había solicitado una internación compulsiva, es decir, por la fuerza, debido a un retraso madurativo leve que se constató en el hombre de 35 años, a partir de encontrar su carnet de discapacidad.
Según informó el Ministerio Público de la Acusación, se determinó que el hombre que discutió con el chofer “no reune los criterios de internación” como indicaba el fiscal, quien además había considerado “que presentaba peligrosidad hacia terceros”.
De esta manera, el juez Luis Caterina dispuso la libertad de Ángel Gabriel G., con la condición de que se le realicen nuevos estudios médicos.
Al mismo tiempo, se dispuso que el pasajero siga relacionado a la causa por los daños en el colectivo.
Los demás pasajeros del colectivo afirmaron que el hombre de 35 años tuvo una discusión con el chofer, segundos antes de que éste sufriera un infarto el domingo por la noche, mientras manejaba la unidad en Córdoba y avenida Francia.
Testigos precisaron que el conductor lo obligó a descender de la unidad, pero el pasajero se rehusó y continuó el altercado, sin que se produjeran agresiones físicas.
Enzo M., de 53 años, sufrió un infarto y el colectivo terminó sobre la vereda, sin que se registraran lesionados. El conductor fue luego internado en el hospital Centenario donde mejoraba su estado de salud.