Alergia es una palabra que remite a un significado: “forma de reaccionar distinta”. Cualquier persona, ante estímulos internos o externos diversos, reacciona de una manera “normal”. Aquellos que reaccionan de forma exagerada; y por un mecanismo inmunológico, tienen síntomas que les trae trastornos, deben consultar. “Eso es lo que se denomina con la palabra alergia”, asevera el alergista infantil, Roque Gustavo Arnolt.
¿Existen varias etiologías de esa palabra?
Existen varias etiologías pero la alergia es una sola: una forma de reacción distinta de ese individuo. Si bien hay “una” alergia, ésta puede ser motivada por varios factores; se puede ser alérgico a determinadas comidas, a la inhalación de ciertas sustancias, a la picadura de algún insecto; o a medicamentos.
¿A qué le ponen atención los especialistas?
Lo que los especialistas vemos son los problemas alérgicos que se repiten. A nosotros nos llegan chicos con reiteración de síntomas. El que llega a la consulta con el especialista es aquel paciente que no encuentra solución frente a una reiteración del síntoma. A partir de allí comenzamos el estudio de ese paciente; realizamos su historia clínica, mientras hacemos su examen clínico, además de pedir exámenes complementarios para acercarnos al diagnóstico de “por qué ese individuo tiene alergia”, esa forma de reaccionar distinta.
¿Esto se hereda?
El niño alérgico suele tener antecedentes hereditarios en su familia. Este hecho es muy importante; porque no sólo nos es útil para hacer el diagnóstico; sino nos permite adelantar un pronóstico de ese paciente. No es lo mismo que nos llegue un chico alérgico con síntomas respiratorios y que tiene un abuelo alérgico; de otro niño que teniendo las mismas características, tiene a su madre o a su padre alérgicos.
Por definición debemos imaginar un arbolito que crece en un terreno determinado; cuanto más abonado está el terreno, más alto crece el árbol y más difícil de arrancar es; cuantos más antecedentes hereditarios haya, más difícil será tratar a ese chico.