Una selfie de Instagram o Facebook no es lo más adecuado para utilizar en un Currículum Vitae (CV). Aunque parezca algo menor, la elección de la foto debe ser realmente cuidadosa porque dirá mucho de quiénes somos como profesionales.
La foto del CV tiene doble finalidad sirve a los seleccionadores como una primera impresión del candidato, un reflejo de la importancia que este da a su imagen y cuidado personal. Pero también sirve a los trabajadores como una carta más de presentación y transmisión del perfil profesional.
El sitio Universia publicó una serie de consejos a la hora de seleccionar la fotografía que acompañará al CV.
Plano: no puede ser demasiado extenso ni demasiado breve, pero debe quedar en claro que el candidato es la figura principal. Lo mejor es un plano medio donde no haya otras personas ni un gran paisaje para no distraer la atención. El fondo blanco o celeste detrás resulta una gran opción.
Color: no se deben añadir filtros, tonalidades extrañas o retoques de color, así como tampoco es conveniente usar fotos en blanco y negro o en tonos sepia. En la vestimenta se puede jugar un poco más con los colores, teniendo en cuenta que el negro y el azul marino reflejan una imagen más profesional.
Forma: los CV con diseños se encuentran de moda, pero en algunos casos estos son perjudiciales. La fotografía debe ser sencilla, e incluirse en una forma tradicional: o rectangular o circular.
Lenguaje corporal: evitá cruzar los brazos, parecer demasiado rígido, arquear las cejas, hacer muecas con los labios o tener la mirada perdida. Lo mejor es tomar la foto de pie, con los brazos cayendo libremente a los lados, cara relajada, mirada al frente y leve sonrisa.