Tomás Rojas es ex voluntario y jefe de campaña de Un Techo para mi País donde empezó su carrera. En 2015 fue elegido como Young Marketer destacado de la industria por el festival de Cannes Lions, Francia. Aquí va la entrevista que podés encontrar en la última edición de la Revista de Aptus.

Me gusta pensar a la vocación no como algo que se encuentra, sino como un proceso de construcción, como un viaje a lo largo de toda la vida, no para encontrarme con “lo que hago” sino para descubrir “quien soy”. Este es un cambio de significado muy profundo, ya que por lo general tendemos a creer que la vocación es aquello de lo que trabajamos.
Como seres humanos estamos atravesados por una cultura que nos empuja a definirnos a partir del trabajo, o de títulos que co-construyen nuestra identidad, que nos dan seguridad, que nos habilitan determinados espacios, pero nunca nos tomamos el tiempo para mirar hacia adentro y preguntarnos si aquello que nos define de cara a otros es en realidad un reflejo de quienes somos o simplemente un espejo de las expectativas de los demás.

Sergio Sinay define este concepto muy bien en aquella frase que dice: “Somos lo que hacemos o hacemos lo que somos”, que es básicamente una provocación a preguntarnos si nuestra esencia está arbitrada por el trabajo, o si este está en realidad conducido por nuestro propósito.

Por lo general cuando pensamos en el concepto de vocación, se viene a nuestra cabeza esta idea de definirnos en un solo espacio para toda la vida. Y hoy más que nunca siento que ese concepto es obsoleto, ya que en un mundo que se transforma constantemente, los que progresan son aquellos que están dispuestos a seguir aprendiendo, evolucionando y moviéndose, por que los que den todo por aprendido van a estar preparados para un mundo que ya no existe.

¿Qué fue lo que motivó a apostar a proyectos sociales como TECHO y Lide.ar?

Creo que lo que siempre me movió fue empatizar con aquellos que de alguna manera estaban excluidos, y desde una realidad infinitamente más privilegiada, yo sentía lo mismo.

Cuando empecé a trabajar más en profundidad con los asentamientos, madure algunos conceptos y me di cuenta que todos somos responsables de la pobreza o marginalidad y que la única forma de cambiar las cosas es meterse.

En determinado momento, entendí también que las organizaciones sociales tienen un excelente conocimiento de la problemática, que conocen las comunidades y que articulan de manera increíble los recursos, pero que si queremos que estas soluciones ganen escala y rápido, tenemos cambiar la forma de hacer las cosas, para involucrar de otra manera a aquellos que tienen el capital que son sector privado y el estado.

Es en esta nueva mirada en la que estoy trabajando hoy.

¿Cómo combinar el trabajo y el sector privado? ¿Qué te aporta cada uno?

Yo trato de no marcar una línea que separa una cosa de la otra, porque que de alguna manera siempre hago el esfuerzo de articular para que las dos cosas se terminen tocando.

Me gusta creer que trabajo-voluntariado no son dos partes distintas de mi persona, sino que tengo un propósito personal y que en función de esos gestiono proyectos, algunos más orientados a lo económico y otros a lo social-medioambiental. Al fin y al cabo mi agenda es una sola y las mejores cosas suceden cuando las lineas que separan una cosa de la otra se borran.

Todos aquellos que tenemos un trabajo, no importa cual fuera: si manejamos un taxi o si tenemos nuestra propia empresa, de igual manera estamos administrando recursos, o conocemos gente y está en nosotros darle una vuelta de tuerca para ponerlos al servicio de una causa más grande o seguir con lógica con la que venimos trabajando.

¿Qué le aconsejara alguien que no encuentra su camino vocacional?

Creo que la mayor traba está en las expectativas y en el peso que le ponemos a “encontrarla”. Hay una sensación que todos sentimos alguna vez, y es esa cosquilla en la panza de cuando estamos fluyendo con lo que estamos haciendo, quizás la respuesta está en dejar de buscar con la cabeza para permitirse sentir. Al fin y al cabo vocación es aquello que nos hace feliz.