Una empresa de colectivos se negó este miércoles a otorgarle dos pasajes a una mujer que deseaba viajar con su hijo, que padece una discapacidad motriz, a Brasil para continuar un tratamiento médico a pesar de que le corresponden por ley. Es sólo uno de los casos, acaso el más resonante, que se registró en las últimas horas en la Terminal de Rosario.

Para estas situaciones, la ley 22.431 de "sistema de protección integral de los discapacitados" establece que "los vehículos de transporte público tendrán dos asientos reservados, señalizados y cercanos a la puerta por cada coche para personas con movilidad reducida". 

Verónica, la madre del chico con discapacidad, de 13 años, debe realizar un tratamiento médico en Foz de Iguazú. Se presentó por la mañana en la estación de ómnibus Mariano Moreno para comprar sus boletos pero le fueron negados. 

"Me siento discriminada", aseguró, y relató que desde la semana pasada venía solicitando los lugares pero no se los cedieron a pesar de que "había lugares".

En diálogo con De 12 a 14 (El Tres), Verónica junto con el periodista Juan Pedro Aleart se acercaron a la ventanilla de la empresa Crucero del Norte. Allí, el vendedor, Darío, dio la razón por la cual no se le entregan los pasajes: "Nosotros somos una oficina receptora. La casa central es la que otorga los pasajes, escapa a nuestras posibilidades". 

Sin embargo, Verónica no fue la única afectada por el abuso de las empresas de colectivo. Mariana, madre de una nena de 9 años discapacitada, quiso sacar sus boletos pero también le fueron negados.

"Llegué a las 9.30 a la empresa San José y había seis personas para sacar (boletos) con discapacidad. De golpe se les cae el sistema, después no pueden vender. Y ahora hay un señor que me agrede que me dice que me vaya", afirmó.

Lamentó que hay algunas empresas que "son las únicas que van a determinado destino y no cumplen con la ley".