La Cámara Argentina de Productores de Alimentos Libres de Gluten (Capaliglu) presentó ante la Secretaría de Comercio un listado de productos específicos aptos para celíacos, para ser incorporados al programa Precios Cuidados.
Se trata de 30 productos procedentes de 14 empresas: Aldana, La Delfina, Oshima, Cinco Cumbres, Il Sole, Compañía Argentina de Alimentos Saludables, Tahin, Sabores de Hogar, Productos Libres de Gluten, Flavia Carena, La Casa del Chipá, Kapac, Tante Gretty y Themba.
El listado, pendiente de aprobación por parte de la Secretaría, contiene galletitas, premezclas, harinas, entre otros productos, todos específicamente libres de gluten.
Según indicaron fuentes de Capaliglu a Télam, "desde Comercio se comprometieron a dar una respuesta en las próximas horas".
"Nosotros solamente nos comprometemos a cumplir con el precio de salida de fábrica de los productos. Ellos dijeron que se iban a ocupar de negociar con los supermercados", explicaron en la Cámara.
Señalaron que "el acuerdo inicial era que los productores entregaban un listado de precios de salida de fábrica, y después se armaba una nueva reunión con los demás actores de la cadena, que son los supermercados y las dietéticas, para coordinar el valor final al público que tendrán los productos".
Desde Capaliglu remarcaron que "con las dietéticas no debería haber problemas, porque se trata de una negociación casi entre pares, es más fácil alcanzar un acuerdo", pero advirtieron que "la deuda es con las grandes cadenas".
Capaliglu realizó un informe sobre costos y precios de productos libres de gluten, donde dio cuenta de que los supermercados ostentan una rentabilidad de entre 55 y 70 por ciento por la venta de estos alimentos.
Al respecto, el análisis destacó que un paquete de 500 gramos de premezcla integral sin gluten los supermercados lo compran a 27,50 pesos y lo venden a 43, quedándose con una ganancia de 56,36 por ciento.
Por un paquete de galletitas de vainilla de 90 gramos, los súper pagan 12,91 pesos y cobran 20,1 por su venta al público, con lo cual se hacen de una renta de 55,69 por ciento.
Algo similar sucede con un paquete 100 gramos de galletitas con chocolate, por el cual el consumidor paga 16,2 pesos, cuando el supermercado lo compra a 10,41 a la fábrica, y se queda con un 55,61 por ciento.
Y un kilo de galletitas dulces, que la fábrica le vende al supermercado a 70 pesos, éste lo coloca en góndola a 120, dándole un beneficio de 71,42 por ciento.
El análisis no sólo destacó esta diferencia entre los precios de fábrica y al público, sino que también hizo hincapié en que los productores sufren "retenciones del supermercado que pueden variar entre un 12 y un 25 por ciento".
Al respecto, explicaron que "cuando uno vende al súper, le vende a un precio, pero firma un contrato que tiene diferentes ítems de descuentos que teóricamente es voluntario, aunque le sacan a uno puntos porcentuales sobre el valor de la mercadería, en concepto de reposición, de no devolución, de promoción y de distribución".
"En definitiva, termina siendo rentabilidad del supermercado. Uno factura 10 pero termina cobrando 7,5 u 8, dependiendo de la suerte o de la habilidad de negociación, o de la cantidad de años que uno esté en el supermercado", indicaron los productores.
Se trata de 30 productos procedentes de 14 empresas: Aldana, La Delfina, Oshima, Cinco Cumbres, Il Sole, Compañía Argentina de Alimentos Saludables, Tahin, Sabores de Hogar, Productos Libres de Gluten, Flavia Carena, La Casa del Chipá, Kapac, Tante Gretty y Themba.
El listado, pendiente de aprobación por parte de la Secretaría, contiene galletitas, premezclas, harinas, entre otros productos, todos específicamente libres de gluten.
Según indicaron fuentes de Capaliglu a Télam, "desde Comercio se comprometieron a dar una respuesta en las próximas horas".
"Nosotros solamente nos comprometemos a cumplir con el precio de salida de fábrica de los productos. Ellos dijeron que se iban a ocupar de negociar con los supermercados", explicaron en la Cámara.
Señalaron que "el acuerdo inicial era que los productores entregaban un listado de precios de salida de fábrica, y después se armaba una nueva reunión con los demás actores de la cadena, que son los supermercados y las dietéticas, para coordinar el valor final al público que tendrán los productos".
Desde Capaliglu remarcaron que "con las dietéticas no debería haber problemas, porque se trata de una negociación casi entre pares, es más fácil alcanzar un acuerdo", pero advirtieron que "la deuda es con las grandes cadenas".
Capaliglu realizó un informe sobre costos y precios de productos libres de gluten, donde dio cuenta de que los supermercados ostentan una rentabilidad de entre 55 y 70 por ciento por la venta de estos alimentos.
Al respecto, el análisis destacó que un paquete de 500 gramos de premezcla integral sin gluten los supermercados lo compran a 27,50 pesos y lo venden a 43, quedándose con una ganancia de 56,36 por ciento.
Por un paquete de galletitas de vainilla de 90 gramos, los súper pagan 12,91 pesos y cobran 20,1 por su venta al público, con lo cual se hacen de una renta de 55,69 por ciento.
Algo similar sucede con un paquete 100 gramos de galletitas con chocolate, por el cual el consumidor paga 16,2 pesos, cuando el supermercado lo compra a 10,41 a la fábrica, y se queda con un 55,61 por ciento.
Y un kilo de galletitas dulces, que la fábrica le vende al supermercado a 70 pesos, éste lo coloca en góndola a 120, dándole un beneficio de 71,42 por ciento.
El análisis no sólo destacó esta diferencia entre los precios de fábrica y al público, sino que también hizo hincapié en que los productores sufren "retenciones del supermercado que pueden variar entre un 12 y un 25 por ciento".
Al respecto, explicaron que "cuando uno vende al súper, le vende a un precio, pero firma un contrato que tiene diferentes ítems de descuentos que teóricamente es voluntario, aunque le sacan a uno puntos porcentuales sobre el valor de la mercadería, en concepto de reposición, de no devolución, de promoción y de distribución".
"En definitiva, termina siendo rentabilidad del supermercado. Uno factura 10 pero termina cobrando 7,5 u 8, dependiendo de la suerte o de la habilidad de negociación, o de la cantidad de años que uno esté en el supermercado", indicaron los productores.