Las mujeres japonesas realizaron, un año más, un fuerte rechazo contra San Valentín, debido a la tradición que las obliga a regalar chocolate a los hombres.
Mientras en otros países son los enamorados los que intercambian regalos en este día, las japonesas llevan más de medio siglo dando chocolate a sus parejas, familiares, amigos, superiores y colegas de trabajo del género opuesto, pero parte de ellas ha comenzado a ver esta práctica como un abuso de poder.
Una encuesta reciente, por ejemplo, señala que el 60% de las japonesas comprará chocolate para ellas mismas, y no para sus compañeros hombres. Es más, tan solo un 35% de las mujeres pensó regalar este dulce a sus parejas durante este 14 de febrero.
Esta práctica fue popularizada a finales de la década de los años 50 a raíz de un anuncio de la marca de dulces Morinaga, aunque ya en 1936 la confitería Morozoff de Kobe, en el centro del archipiélago, promocionaba chocolate para regalar en San Valentín en un periódico local editado en inglés y destinado a principalmente a extranjeros.
El descenso en las ventas estaría también motivado por un giro en la perspectiva de las consumidoras y las compañías, que están fomentando que compren el chocolate para darse un capricho personal o entre amigas, y no por obligación social.