El Ayuntamiento de Londres viene prohibiendo la publicidad en lugares públicos de alimentos supuestamente nocivos para la salud, en un intento por bajar la obesidad infantil. Sin embargo una reciente medida al respecto abrió una fuerte polémica, ya que el gobierno de la capital británica incluyó en el grupo de los impugnados al aceite de oliva, al que equiparó con los ingredientes de la comida chatarra.
Esta consideración sorprendió incluso a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que asevera a través de múltiples estudios que el aceite de oliva es uno de los más sanos. De hecho está lleno de grasas monoinsaturadas, que son buenas para el corazón y que, en cantidades moderadas, ayudan a controlar los niveles de colesterol en el cuerpo, según publicó N+1.
Sin embargo las autoridades británicas se aferran que a que este producto es altamente calórico y que el 99% de su composición es grasa. “No entienden que el aceite de oliva es, más que un alimento, un ingrediente para preparar alimentos, porque a nadie se le ocurre beberse un vaso o una botella de aceite”, sentenció Rafael Garcés, director del Instituto de la Grasa del CSIC.
“Por más estudios que se realicen no entienden que el problema no es la cantidad de grasa en la dieta, sino el tipo de grasa. No sé si por obstinación o por intereses comerciales, pero no han superado la idea de que no todas las grasas son iguales”, agregó por su parte el catedrático de Bioquímica de la Universidad de Zaragoza, Jesús de la Osada.
Por otro lado, científicos afirmaron que el principal ingrediente del aceite de oliva, el ácido oleico, puede ayudar a prevenir el desarrollo de cáncer en el cerebro, ya que estimulan la producción de una molécula celular cuya función es prevenir que las proteínas cancerígenas se formen. Pero parece que eso poco importó a las autoridades londinenses.