Este viernes se cumplieron dos semanas del piquete trágico que tuvo lugar en San Lorenzo, en el que murió atropellado un manifestante en la intersección de las rutas 10 y 11. El conductor del camión que lo embistió estaba ebrio, según el test de alcoholemia realizado. La viuda señaló que los compañeros de trabajo de su marido ayudan a su familia y agregó que no confía en la "justicia terrenal". "No era un piquetero como leí que le dijeron. Se deslomaba para que a sus hijos no les faltara un plato de comida sobre la mesa", dijo.
Entrevistada por el periodista Ciro Seisas (A Diario, Radio 2), Adriana, viuda de Jonathan Gardini, manifestó: "No tengo palabras para describir este momento. Tenemos cuatro hijos. Compañeros de trabajo de mi esposo nos alcanzaron cosas para los chicos. En este momento somos muy acompañados por ellos".
"Quiero justicia. Lo que hizo (el camionero) fue algo aberrante. Hay cuatro chicos que todos los días aún esperan a su papá. Voy a seguir la causa hasta las últimas consecuencias", agregó.
Adriana explicó que su marido "no era un piquetero" al hacer referencia a comentarios de usuarios de redes sociales una vez conocida la noticia del trágico piquete. "Se deslomaba para que a sus hijos no les faltara un plato de comida sobre la mesa. Participó de una manifestación pacífica. Reclamaban un merecido aumento de sueldo como todos en este país", sostuvo.
La mujer también contó que a dos de sus hijos tuvo que cambiarlos de colegio tras la muerte de Jonathan "para reducir gastos". "Dos de ellos tenían que tomarse dos colectivos de ida y dos de vuelta para ir a la escuela. Los cambié a un establecimiento más cercano", expresó.
"Al camionero no tengo nada para decirle más que me destruyó la vida a mí y a mis cuatro hijos. Espero que Dios sea justo con todo esto. Es el único consuelo que me queda. No confío en la justicia terrenal, sí en la espiritual", concluyó.