El periodista estadounidense Jason Laughlin quiso incursionar en el mundo de las plataformas de citas por internet y publicó fotos para conocer mujeres. Pero reconoció que debido a una enfermedad congénita que lo obliga a mantenerse en pie sobre muletas estuvo desde un principio en clara desventaja con el resto de los usuarios.
"Para una persona en el siglo XXI, las citas online son la forma más simple de salir con alguien", contó el periodista en una de sus habituales columnas y agregó: "Desafortunadamente, si alguien te da una oportunidad en aplicaciones como Tinder o Bumble depende, en gran medida, de cómo te ves. Con mis deformidades visibles, estoy seriamente en desventaja desde el principio".
Laughlin nació con una discapacidad congénita y necesita de muletas para caminar. Sus padres fueron siempre un gran sostén y le enseñaron a verse como cualquier otro niño. Cuando creció se pudo desarrollar laboralmente y crear fuerte vínculos con sus amigos, pero no lograba tener citas con mujeres.
El periodista aseguró que su discapacidad jugó un rol fundamental en sus dificultades para la conquista. Por aquel entonces había decidido publicar fotos en las aplicaciones de citas donde se lo podía ver con sus muletas. "Después de pasar semanas sin recibir un like y mucho menos una cita, eliminé de mis perfiles todas las imágenes que mostraran mi discapacidad.
Con el correr de los días el éxito en las redes iba en aumento. "Al borrar mis limitaciones físicas, tuve una idea de lo cómo se sentía la normalidad", pero esa situación irreal le hizo disparar su angustia porque estaba haciendo algo incorrecto y decidió ponerle fin a las historia. "Sería injusto no permitir que estas mujeres supieran cómo me veía antes de conocerme, así que les expliqué mi situación".
Muchas de esas jóvenes no tuvieron problema en concretar una cita, pero que luego quedaban en nada; otras le decían que no querían salir con personas con alguna discapacidad, mientras que algunas empezaron a dejar de responderle para ocultarle que no querían salir con él.
"Mi experimento de citas online alimentó malos pensamientos, porque las cosas esenciales sobre mí no importan cuando pesan de cómo me veo", dijo Laughlin y agregó: "Injusto, ¿no? Excepto que, en realidad, yo no soy mejor que ellas. He rechazado, sin pensar un segundo, cuando alguien tenía sobrepeso, demasiados tatuajes o no me parecía atractiva".