El jefe de Gabinete, Marcos Peña, señaló este miércoles que el mercado internacional descree de la “voluntad de pago de la Argentina” porque duda de “sectores que agitan soluciones mágicas que fracasaron”, argumentando que “eso aumenta el riesgo en un año electoral”.
“El mercado no duda de la capacidad de pago, duda de la voluntad de pago porque todavía hay sectores económicos que agitan soluciones mágicas que fracasaron. Eso nos aumenta el riesgo en un año electoral y hasta que la Argentina decida en octubre cuál es el camino a recorrer”, afirmó el funcionario durante su informe ante el Senado.
Peña pidió “salir de este pantano, de ser los más vivos del barrio” porque “ya no le creen más a la Argentina”.
“Esta crisis nos pegó más a nosotros porque el resto de los países resolvió sus problemas macroestructurales, convergieron hacia el equilibrio fiscal y al tipo de cambio competitivo”, aseguró.
El funcionario agregó que “la realidad de la Argentina es muy puntual porque es uno de los países más incumplidores de la historia”.
Asimismo, el jefe de Gabinete reconoció que el gobierno muestra “cifras que son peores que hace un año y que todavía son altas, comparado a dónde deberíamos estar”.
“La buena noticia es que esta vez estamos saliendo de esta crisis, resolviendo los problemas estructurales, y yendo al fondo de la cuestión”, afirmó Peña, para luego aseverar: “Hoy estamos en tierra más firme que en 2015”.
Peña comparó la crisis actual con la del Tequila, en los años 90, que “generó una caída del PBI del 2,5 por ciento y que generó un desempleo de 18 puntos”.
“Eso hoy no pasa porque hay un tipo de cambio flotante que nos permite cuidar el empleo”, enfatizó.
Por otro lado, le reclamó a la oposición que a partir del próximo año, sea cual fuere el partido político que se haga cargo del gobierno nacional, se deben “celebrar y sostener ciertos acuerdos básicos”, como sostener el tipo de cambio competitivo y eliminar el déficit.
“Si pretendemos hacer campaña electoral enarbolando miedo y angustia, en el mejor de los casos, si ganan, tendrán los mismos problemas o mucho peores porque habremos destruido confianza entre nosotros mismos”, sentenció.
“El equilibrio fiscal es condición básica” y recordó que la Argentina “en 77 de los últimos 100 años tuvo déficit fiscal”.
Además, enumeró que la inflación promedio fue del 62,6%, que la Argentina tuvo una recesión cada tres años y que desde 2011 el PBI no crece.
“Estamos entre los diez países del mundo que más veces incumplieron con su deuda. Y tenemos el récord de haber producido el default más grande de la historia de la humanidad, lo que fue aplaudido en su momento por nuestra dirigencia”, señaló Peña al recordar cuando el ex presidente peronista, Adolfo Rodríguez Saá, anunció que no iba a pagar la deuda externa en diciembre de 2001.
Peña también indicó que “hay recetas que no funcionaron” e insistió en que “se trabajó con un tipo de cambio fijo y al final de la convertibilidad hubo más pobreza y desempleo de la historia”.
“Se probó con el congelamiento de precios y terminó en una explosión inflacionaria. Se probó con atrasar las tarifas y llevó a un déficit fiscal y al descalabro de la infraestructura. Incluso, cuando hemos tenido superávit, rápidamente hicimos medidas para romperlo y entrar en déficit”, detalló.
En otro pasaje de su informe, Peña también defendió la decisión del gobierno de Mauricio Macri de “converger con los países vecinos y con los más desarrollados del planeta”, pero que para eso “hay que trabajar en mejorar la cultura democrática y la calidad institucional”.
“Esta política exterior fortaleció el apoyo de la comunidad internacional en los esfuerzos de transformación económica del país”, remarcó.
Peña destacó la “convicción de que las cosas que planteamos van en línea con lo que hicieron los países más desarrollados del mundo hace veinte o treinta años” y sentenció: “Es el camino de verdadero desarrollo para las próximas décadas”.