Las intensas lluvias registradas este fin de semana en la provincia volvieron a dejar bajo agua varias zonas rurales y localidades del sur santafesino. Las precipitaciones fueron copiosas y se extendieron por varias horas, pero el volúmen de agua caída no es la única explicación de los anegamientos. Para el ingeniero Hugo Orsolini, “hay un conjunto de causas que provocan estas situaciones” y que incluyen también las prácticas agropecuarias, las canalizaciones clandestinas y recortes en los presupuestos para obras hidráulicas.
Orsolini, docente e investigador de la UNR y ex funcionario del área hidráulica en el municipio y la provincia, se refirió a las inundaciones en la región en diálogo con el programa La primera de la tarde (Radio 2).
Sostuvo que cuando se proyectan obras hidráulicas para evitar inundaciones se hacen de acuerdo a una lluvia estimada, en base a estadísticas, pero “siempre por razones económicas” se selecciona una cantidad de agua que no es la peor que podría ocurrir.
“Siempre puede existir una precipitación superior y la obra hidráulica se va a ver superada en su capacidad de protección”, indicó Orsolini en diálogo con el periodista Sergio Roulier.
Por otra parte, agregó que la magnitud de los fenómenos climáticos se han modificado en los últimos años, dando lugar a “lluvias de corta frecuencia y gran intensidad o de menor intensidad pero de muy larga duración, provocando que el volumen termine siendo importante”.
En tanto, el ingeniero mencionó las prácticas agropecuarias actuales como un factor que termina influyendo en las inundaciones y no sólo por la falta de permeabilidad del suelo que resulta de la siembra directa de la soja.
También las canalizaciones clandestinas que “son muchas en la provincia”, logran que el agua drene más rápido y la obra hidráulica sea superada.
Pero “la practica más dañina” para Orsolini es que con el argumento de ir “ganando tierras productivas” se han desagotado sectores bajos, que funcionaban como pulmones para almacenar el agua.
“Hemos recuperado tierras fértiles secando lagos, lagunas y esteros pero esos sectores bajos contribuían a evitar el avance de las aguas porque almacenaba parte de la lluvia que caía”, indicó.
En cuanto a las zonas urbanizadas, Orsolini explicó que es muy común la ocupación de terrenos muy bajos que naturalmente se inundaban y ahora, con el incremento de las precipitaciones, no van a ser la excepción.
Finalmente, y específicamente a la situación del arroyo Saladillo que en las últimas horas preocupó a vecinos del sur rosarino y de Villa Gobernador Gálvez, Orsolini recordó que el gobierno provincial hizo un estudio para la defensa y canalizacion en el año 1986, luego se ejecutó la primera parte de la obra pero el segundo tramo de los trabajos quedó sólo en un estudio de factibilidad.