Bajo estrictas medidas de seguridad y sorteando las inclemencias del tiempo, cerca de dos millones de personas se reunieron desde muy temprano para participar de la asunción del primer presidente negro de la historia de Estados Unidos. En medio de una gran euforia la multitud se aprestó desde temprano y bajo un gran operativo de control para presenciar la asunción de Barack Obama. El acto comenzó a las 14.46 (hora de Argentina) y alrededor de las 15.05 el mandatario número 44 de Norteamerica ya estaba jurando luego del vicepresidente Joe Bidem. Ovacionado por el público, Obama dio su discurso luego de jurar sobre la biblia de Abraham Lincoln. Después, realizó junto a su mujer Michelle una larga caminata hacia la Casa Blanca.

El eje del discurso fue la necesidad de un cambio y la crisis económica que le toca afrontar. "El juramento se produce en medio de nubarrones y tormentas", dijo el flamante presidente en una clara relación a la crisis financiera que atraviesa Estados Unidos. "Nuestra nación está en guerra y nuestra economía debilitada a causa de la codicia de algunos. Se han perdido hogares, empleos y negocios. Menos pero no menos profunda es la falta de confianza en nuestra nación", dijo Obama ante la multitud, para definir el momento histórico en el que le toca gobernar. Ante esos errores, Obama instó a los estadounidenses a retomar las "verdades" que han hecho a Estados Unidos la nación que es: el trabajo duro, la honestidad, el valor, la justicia, la tolerancia y el patriotismo.

"Lo que se nos pide ahora es una nueva era de responsabilidad, el reconocimiento, por parte de cada estadounidense de que tenemos obligaciones con nosotros mismos, nuestra nación y el mundo", dijo Obama.

Con un mensaje emotivo pero contundente el nuevo presidente se tomó nada más que unos 21 minutos para dirigirse al pueblo norteamericano. Y sin lugar a dudas fue no sólo el primer presidente negro que asumió, sino es el único mandatario que lo hizo en medio de una serie de dificultades económicas que ningún otro conoció en una nación caracterizada por los tiempos de bonanza.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió hoy el inicio de "una nueva era de responsabilidad" de los estadounidenses en sus vidas y para su país en el mundo, como fuerza de cooperación y diálogo.

Obama señaló que los desafíos actuales requieren que Estados Unidos haga un esfuerzo mayor para promover la cooperación y el entendimiento entre las naciones, en la amenaza nuclear y el calentamiento global, por ejemplo.

También reafirmó la creencia en el imperio de la ley y los derechos humanos, y dijo rechazar "como falsa, la elección entre nuestra seguridad y nuestros ideales".

Sobre la economía, su prioridad en el inicio de su mandato, Obama dijo que se requiere una acción "atrevida y rápida". "Construiremos las carreteras y los puentes, las redes eléctricas y las líneas digitales que alimentan nuestro comercio y nos unen", dijo.

Obama reconoció el momento histórico de su jura como el primer presidente negro de EE.UU., "un momento que definirá a esta generación", según dijo, y recordó que hace menos de 60 años su padre no podría haber comido en restaurantes de Washington debido a su raza y en el día de hoy él asume como presidente. "Hemos experimentado la amargura de la guerra civil y la segregación, y hemos emergido de ese capítulo oscuro más fuertes y más unidos", dijo.

Un día histórico

Desde las primeras horas del día, e incluso antes de que amanezca, las calles de Washington ya se veían atestadas por miles de seguidores enfilados hacia el Capitolio, en un ambiente festivo y cargado de expectativas. Con un frío que congela el cuerpo, los bares y locales comerciales abrieron como todos los días pero en pocos minutos se llenaron de estadounidenses y de turistas extranjeros que se refugiaron para enfrentar las bajas temperaturas que reinaban en las calles. Llegó una multitud sin precedentes, estimada en entre 4 y 5 millones de personas.

Obama, de 47 años, hijo de un keniano y una mujer blanca oriunda de Kansas, juró para el cargo este mediodía, pasadas las 14 de Argentina, en las escalinatas del Capitolio, con su mano sobre la biblia que Abraham Lincoln usó en su primera asunción, en 1861. ASÍ, este martes quedará grabado en la historia de ese país como el día en que asumió el primer presidente negro en Estados Unidos.

Este abogado es el presidente número 44 de la nación más poderosa del mundo y no llega al poder de una manera sencilla. Arrastra una pesada herencia dejada por su antecesor, George W. Bush, quien gastó 3 billones de dólares en la desprestigiada guerra de Irak, dejó a cerca de 46 millones de personas sin seguro de salud y desplomó la popularidad presidencial hasta niveles inusuales.

Durante la ceremonia –en las escalinatas del Capitolio que fue construido por esclavos– los más de 250 mil invitados se sentaron en las gradas especialmente colocadas para ellos frente al podio. Y se estima que unas dos millones de personas vieron la jura de Obama desde las 16 enormes pantallas colocadas a los largo del Mall, la gran explanada que une el Capitolio con el Monumento a Abraham Lincoln.

La mayor concentración de la historia en Washington se remonta a 1965 –con 1,2 millones de personas– fecha en se realizó la investidura de Lyndon Johnson, sucesor del asesinado presidente John F. Kennedy.

"Juro solemnemente que desempeñaré legalmente el cargo de presidente de Estados Unidos y que sostendré, protegeré y defenderé la Constitución de Estados Unidos, empleando en ello el máximo de mis facultades", fue el texto del juramento presidencial que se realizara en las escaleras del Capitolio, desafiando el frío del invierno boreal.

Desde su triunfo sobre su rival republicano, John McCain, el 4 de noviembre pasado, Obama se transformó en el epicentro de las miradas y esperanzas de los millones de estadounidenses hastiados de los retrocesos en sus libertades, la defensa de la tortura, el aporte al calentamiento global, la dependencia del petróleo y dos guerras: Irak y Afganistán, todo ello durante la gestión de George W. Bush.