Según datos de la Organización Mundial de la Salud, desde el año 1982 la población dispone de una vacuna contra la Hepatitis B (HBV) con una eficacia del 95 %. Sin embargo, recientes estudios publicados en revistas internacionales alertan sobre el surgimiento de nuevas cepas que resisten a los tratamientos antirretrovirales que reciben los pacientes que padecen el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

El sitio ctys.com.ar reveló que frente a esta problemática, el Instituto de Investigaciones en Microbiología y Parasitología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires conformó un equipo de expertos en bioquímica, biotecnología y farmacéutica para buscar erradicar el virus de una de las enfermedades más graves después que el Sida y la Tuberculosis, según la OMS.

“A partir del estudio en diversos pacientes se descubrió que el virus de la Hepatitis B generaba un escape a la vacuna actualmente comercializada en personas que padecen HIV y que están coinfectados con HBV y reciben sus correspondientes tratamientos antirretrovirales duales”, reveló la Dra. María Lujan Cuestas, bioquímica y especialista en enfermedades virales.

Y agregó: “Es decir, personas que presentaban una serología positiva para el HIV y que además tenían el virus de la Hepatitis B dejaban de responder a la terapia para la hepatitis B porque generaban mutantes que además no serían protegidos con la vacuna anti-hepatitis B actual. Claramente, la terapéutica entre HIV y HBV no es la misma, aunque hay compuestos que pueden ser compartidos, como algunos análogos nuclesídicos o nucleotídicos”, manifestó la experta.

En ese sentido, y dadas las similitudes entre ambas enfermedades, su transmisión es similar: el contagio puede darse por vía sexual (oral, anal y vaginal), a través de transfusiones de sangre o trasplantes de órganos, por compartir agujas contaminadas (en el caso de usuarios que consumen drogas ilícitas por vía endovenosa), y, también, de una madre a su bebé durante el embarazo, nacimiento o lactancia.

La diferencia radica en el grado de infección. “Por ejemplo, en un accidente de laboratorio, si uno se pincha con una aguja que conlleva sangre contaminada, la persona tiene un 30 % de infectarse con HBV y un 3 % de contraer HIV”, explicó la especialista.

Y, en ese sentido, agregó: “El problema mayor es cuando se contrae Hepatitis B crónica ya que tiene como consecuencia la cirrosis hepática y el cáncer de hígado. De hecho, el 80 % de pacientes que tiene cáncer de hígado presentan serología positiva para esta enfermedad”.

El primer tramo del proyecto esgrime la creación de una vacuna específica para los que padecen HIV y, más adelante, la producción a gran escala para el resto de la población, de acuerdo a lo establecido en el Calendario Nacional de Vacunación. “El trabajo también comprende la idea de hacer una vacuna que pueda ser administrada por la vía oral y/o transcutánea ya que de esta forma la respuesta inmunológica es mucho mejor, más segura y aceptada por el común de las personas”, adelantó la experta.