La absolución y liberación de los 9 imputados por la muerte y desaparición de Paula Perassi fue anunciada este jueves en la última jornada del juicio oral y público celebrado en el Centro de Justicia Penal. Unos 16 minutos pasados del mediodía, el tribunal compuesto por Griselda Strólogo, Mariel Minetti y Álvaro Campos, tomó su lugar en el estrado. Antes de dar a conocer el veredicto, compartieron algunas “consideraciones” relacionadas al mismo, una especie de preámbulo de la sentencia.
Cuando los presentes en la sala de audiencia esperaban enterarse de la resolución del tribunal, la presidenta Griselda Strólogo anunció que leería algunas palabras para “dejar en claro algunas ideas de este tribunal”. Dicen por ahí que los jueces solo hablan a través sus sentencias, pero en este caso se permitieron dar explicaciones acerca de la decisión que ya estaba tomada e iba a ser comunicada.
Luego de advertir que la sentencia formal con sus fundamentos estará lista en 10 días, Strólogo pasó a leer una especie de comunicado: “Nos encontramos ante un caso de enorme trascendencia social que nos conmueve y nos moviliza a todos, esto de tener a una persona desaparecida. Entendemos que es totalmente legítimo el dolor de su ausencia y el pedir respuestas ante que venganza”, señaló.
“La labor de este tribunal de juicio es verificar si se habían reunido pruebas”, continuó y remarcó que habían trabajado con absoluta “independencia”. Luego, se refirieron a la parte acusatoria, encabezada por el fiscal Donato Trotta y los abogados querellantes Adrián Ruiz y José Ferrara, al decir que “tiene la carga de demostrar con pruebas todo lo que dice ante un tribunal” y añadieron que “se tomaron más de 7 años para saber qué pasó con Paula Perassi y traer a los responsables a juicio”.
Sin embargo, observaron que los acusadores “no lograron probar que las personas acusadas son culpables de los delitos que se les achaca”. “Todos escuchamos la versión de los acusadores de lo que supuestamente había ocurrido con Paula que surgió de investigaciones estatales sino una serie de datos, comentarios, recolectados desde el dolor por su ausencia, armados por el imaginario popular que se fue armando con el tiempo y el clamor social”, consideraron.
“A la luz de un juicio oral y público fue imposible sostenerlo, argumentarlo y por sobre todas las cosas probarlo. Si hubo algún tipo de verdad, los acusadores no supieron agruparlos y apoyarlos para que se convirtieran en pruebas sólidas con solvencia jurídica para que logre una condena como la que se solicitó”, expresaron con dureza en relación a los fiscales.
Strólogo continuó con las consideraciones al decir: “Los jueces ni investigan ni esclarecen crímenes sino que no toca la tarea de examinar tanto las pruebas que la Fiscalía y los querellantes nos traen a juicio para reconstruir el suceso pero no desde un discurso sino de pruebas contundentes que lo respalden para generar certeza”.
Luego, en el mismo tono crítico hacia la labor del Ministerio Público de la Acusación (MPA), manifestaron: “La complejidad de este caso requería un esfuerzo mayor de los investigadores y no promesas de funcionario ya que se partía de no tener escena de crimen ni cuerpo y por lo tanto la recopilación de evidencias tendría que haber sido mucho más contundentes para comprobarlo”.
“No existen crímenes perfectos imposibles de probar sino que lo que existen son deficiencias investigativas”, remarcaron y sumaron: “Se pidieron penas máximas pero para lograr que los jueces podamos imponerlas no es suficiente un relato. No debe haber fisuras en sus posturas, no hay que dejar dudas. Se deben abordar todas las líneas investigativas, respaldarlas con argumentos sólidos y rebatirlas”.
Finalmente, calificaron de “desprolija, controvertida, cuestionada e insuficiente” a la actividad probatoria.
Más información