La Justicia federal investiga una asociación ilícita que ofrecía todo tipo de servicios a empresas con el fin de cancelar de modo fraudulento sus deudas tributarias. Entre los señalados figura el ex jugador de los Pumas Serafín Dengra.

Se trata de una banda que, además, estafó a varios de sus propios clientes y se extendió por todo el país aprovechando contactos en la anterior cúpula de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip).

La Justicia sospecha que Dengra actuó, por lo menos desde 2013, como "pescador" de potenciales clientes para la banda en el mundo del rugby y los círculos sociales que frecuenta, informan La Nación y Clarín.

Convertido en una suerte de celebridad a partir de la viralización de frases "motivadoras" como "never pony, pura sangre", Dengra ya fue indagado por la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado.

La magistrada también indagó a otras dos docenas de acusados de integrar esa asociación ilícita multipropósito: facilitar la evasión con facturas truchas, retenciones falsas, declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI) también falsas y planes de pago "especiales" de deudas fiscales, manipulados a través del área de sistemas de la AFIP. Todo con un desfalco por más de mil millones de pesos

Los dos presuntos jefes de la banda serían Miguel Ángel Lamparelli y Adrián Marcal Gago. El primero se encuentra procesado y con prisión preventiva, mientras que el segundo permanece en la clandestinidad, prófugo desde hace meses.

Lamparelli apeló su detención ante la Cámara Federal de San Martín y planteó que la investigación debe remitirse al juez federal de Comodoro Py, Luis Rodríguez, quien impulsa otra pesquisa en la que figura como acusado junto a Marcal Gago por la que debe afrontar un juicio ante el Tribunal Oral Federal Nº 3.

Rodríguez los procesó por presunta estafa, falsedad ideológica y asociación ilícita junto a Marcelo Mallo, quien fuera el referente de Hinchadas Unidas Argentinas, por una operatoria en la que según sospechaba la entonces diputada nacional Liliana Schwindt (massismo), contaban con la supuesta connivencia del entonces titular de la Afip, Ricardo Echegaray.

Sin embargo, el expediente que instruye Arroyo Salgado no lleva en su carátula los apellidos de Lamparelli o Marcal Gago como supuestos jefes de la banda, sino los de Dengra y de Raúl Pessotto, otro sospechoso con antecedentes por presunta estafa.

El ex Puma confirmó la existencia de la banda, pero se definió como una de sus víctimas. "Sólo quise ayudar a unas personas, pensando que era de buena fe, para que pudieran obtener una moratoria, pero usaron mi nombre para armar lío", dijo a La Nación el ex rugbier. "Sólo relacioné a una empresa, pero yo no tengo nada que ver, por eso yo sigo en libertad", afirmó.

Sin embargo, las escuchas telefónicas exponen el involucramiento de Dengra.

El comienzo de la investigación

La investigación comenzó en Salta, donde el entonces director regional de la Afip Rafael Resnick Brenner –ahora uno de los acusados en el juicio oral por el "caso Ciccone"– recibió una denuncia en junio de 2014 sobre Pessotto, verificó los primeros indicios sobre él y Dengra, y reportó al Juzgado Federal Nº 1 de Salta, que ordenó escuchas sobre nueve teléfonos y la intervención de cuatro correos electrónicos durante más de un año y medio, más otras tareas de inteligencia por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).

Con esas escuchas se logró reconstruir cómo operaba la banda con la ayuda del área de sistemas de la Afip, que le marcaba potenciales clientes y borraba deudas, previo pago de comisiones. Y así fue, también, como surgieron los nombres de dos funcionarios de alto rango de la Afip en Buenos Aires, Karina Venier y Pablo Gatti, muy cercanos a Echegaray.

Poco después, el Juzgado Federal de Salta se declaró incompetente y remitió el expediente a la jueza Arroyo Salgado, que a mediados de este año completó más de 200 allanamientos.