La fiscal Andrea Rossi imputó a Julieta S. por “homicidio doblemente calificado por el vínculo de pareja y su comisión por alevosía y en concurso ideal” a la mujer que atropelló y mató a su novio, Genaro Fortunato, a la salida de un boliche el fin de semana pasado. Quedó detenida y fue trasladada a la penitenciaría de San Rafael. En su defensa, ella aseguró que pensó que había “pisado un pozo”. Un embarazo hasta entonces desconocido habría sido el detonante de la pelea que la pareja tuvo al interior de la disco.
Según publicó el diario mendocino Los Andes, para la fiscal, Julieta “comprende lo que ocurrió” por lo que se basó en ello para imputarla. Además, imágenes de una cámara de seguridad de una empresa ubicada en El Chañaral, muy cerca de donde ocurrió el lamentable episodio, abonaría la hipótesis de la Fiscalía.
No obstante, de acuerdo a lo publicado por el portal tn.com, Julieta aseguró que se enteró del accidente porque un cuidacoches le avisó y entonces llamó de inmediato al 911. Explicó que tras salir del boliche “Mona”, se subió a su auto e hizo un giro un U para tomar la ruta y volver a su casa. Esa maniobra le costó la vida a su novio. “Pensé que había pisado un pozo”, dijo.
Después, se quedó dentro del auto en estado de shock. “No paraba de llorar”, comentó personal del área de Salud Mental del hospital Teodoro Schestakow, donde pasó la madrugada del sábado internada. Ahora se encuentra detenida en el penal de San Rafael.
Según trascendió en medios locales, el conflicto entre la pareja se dio porque Fortunato iba a terminar su relación con Julieta tras enterarse que su novia anterior, con quien estuvo ocho años, esperaba una hija suyo. Genaro tenía 25 años.
“Lo único que te pido es que nunca nos abandones y seas el ángel de toda tu familia y en especial de tu hija. Te fuiste y me arrancaste un pedazo de mi corazón”, publicó la muchacha en un posteo en su Facebook.
Julieta es mamá de dos niños de cuatro y ocho años, por lo que su abogada defensora, Florencia Garciarena, pidió la prisión domiciliaria.