Una nueva investigación en ratones sugiere que un circuito compartido en el cerebro podría ser una de las razones por las cuales beber en exceso y la "comida basura" con alto contenido de grasa van de la mano.
"La obesidad y el alcoholismo, dos de los trastornos crónicos más comunes en Estados Unidos, pueden estar relacionados con que el consumo excesivo de dietas ricas en grasa y el abuso de alcohol pueden utilizar el mismo circuito cerebral", explican los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad del Estado de Pensilvania, según publica el portal 20minutos.
Su hipótesis coincide con investigaciones previas que sugieren que el consumo de alcohol afecta las mismas áreas del cerebro que controlan el comer en exceso.
Aunque no se han estudiado los resultados a largo plazo en seres humanos, los obtenidos por este estudio sugieren que limitar el acceso a alimentos con alto contenido de grasa promueve patrones de alimentación similares a los atracones, que a su vez activan el cerebro para consumir alcohol.