Mirar un partido por televisión no es una actividad inocua como se creía, sino que puede acelerar peligrosamente el ritmo cardíaco. Y esto ocurre con cualquier encuentro, no solamente con los de la Selección Argentina.
Investigadores del Montreal Heart Institute de Canadá midieron las constantes cardíacas de un grupo de voluntarios fanáticos de un equipo, mientras presenciaban un partido televisado de su club. El resultado fue que el ritmo del corazón se aceleró hasta un 75% más de lo normal.
Compararon estos datos con los recogidos al analizar a otro grupo de personas que vio el mismo partido, pero entre quienes no había hinchas del club. Y curiosamente encontraron resultados similares, con poca variación, según publicó Quo.
Y al parecer, ir a la cancha no es mejor: los investigadores comprobaron que al presenciar los partidos en vivo el aumento del ritmo cardíaco era del 110%. La conclusión a la que llegaron es que la emoción que provoca el deporte entre los aficionados puede ser peligrosa, sobre todo para las personas con dolencias cardíacas.