El río Paraná continúa su descenso, mientras que el Salado está estacionario en la costa de Santa Fe de acuerdo a los informes de Prefectura Naval, aunque lo que preocupa a las autoridades santafesinas es la continuidad de las precipitaciones. En Villa Gobernador Gálvez, vecinos perjudicados realizaron cortes frente al municipio por falta de respuestas, ya que indicaron que la altura del agua les llega "a la cintura".
El número de evacuados por las crecidas de dichos ríos es de 1.500 personas, según informó Protección Civil, a lo que deben sumarse otras 500 personas que por las lluvias tuvieron que dejar sus viviendas ubicadas en zonas costeras, fuera de los anillos de protección de los terraplenes.
Por otra parte, la intendenta de Santo Tomé, Alicia Questa, manifestó en la mañana de este jueves: "Asistimos a un total de 93 personas evacuadas y unas 200 familias que permanecen en sus viviendas en los barrios afectados por el fenómeno".
"Estas personas reciben diariamente la asistencia alimentaria y sanitaria por parte del municipio, como así también abrigo, colchones y otros insumos en articulación con Cáritas. Asimismo, desde el Gabinete Social se organizan actividades culturales y deportivas dirigidas a los más chicos", explicó.
Indicó que "los equipos sociales continúan recorriendo a diario las zonas de mayor vulnerabilidad hídrica a los efectos de asistir a los vecinos damnificados y con la colaboración de los batallones del Ejército se concretó un operativo de distribución de bolsones de alimentos secos y pañales a 100 familias ubicadas en un sector de barrio Las Vegas, tarea que se completará este jueves".
En tanto, el presidente comunal de Colonia Teresa, departamento San Javier, Santiago Vigil, expresó que "ya llovieron 800 milímetros" en la zona y detalló que "hay socavones en las rutas y caminos, los campos están en su mayoría bajo agua, casas con más de un metro de agua en su interior, destrucción total del mobiliario para personas que, en su mayoría, pertenecen a una clase social muy humilde”.
"Muchas hectáreas de arroz por cosechar quedaron bajo el agua y otras tantas se malograron porque se inició el proceso de germinación; mientras que ya empezó a morirse la hacienda, y ya no quedan pastos de pastoreo”, aseguró.
“El sector ganadero tendrá pérdidas determinantes para su continuidad, sobre todo el productor chico”, puntualizó Vigil, y acotó que "muchos arroceros están plantando bandera para la siembra que viene, porque ya venían castigados por la falta de rentabilidad y ahora eso se ve agravado por pérdidas que son muy gravosas”.
Por su parte, el intendente de la ciudad de San Javier, Mario Migno, consignó que "los pozos negros están colapsados y se agrava la situación porque solamente en dos barrios tenemos cloacas".
"Los evacuados no son muchos, pero los barrios más humildes son los que más están sufriendo las consecuencias de tanta lluvia acumulada", culminó.
En declaraciones a la prensa, el titular de la Sociedad Rural de Santa Fe, Hugo Iturraspe, fue categórico al afirmar que "la situación es catastrófica" y resaltó que "los caminos y los suelos están imposibles; el agua brota de la tierra". "Esto es desesperante para la producción. No hay pasto que aguante por el pisoteo. Esto es un golpe de gracia para los tambos. El barro es el peor enemigo para el tambo", añadió.
Al respecto, el presidente de Confederaciones de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe), que nuclea todas las sociedades rurales de la provincia, Gustavo Vionnet, dijo que "los campos recibieron en los últimos diez días entre 250 y 700 milímetros en la mayoría de la provincia".
"Un verdadero desastre para los productores de leche y muy complicada la cosecha de soja. Hizo un daño enorme y los pronósticos no son buenos", concluyó.