Madres de chicos rosarinos que fueron retirados de la comunidad terapeútica San Camilo de Pilar, Buenos Aires, lanzaron una campaña para denunciar maltratos y torturas que recibieron sus hijos durante la internación pero también alertar por la situación actual. Algunos adolescentes salieron de esa granja de rehabilitación con lesiones, sarna y al menos dos de ellos no fueron derivados a una nueva institución para su contención, según relevaron.
Débora, la mamá de un adolecente de 15 años con problemas de adicción a las drogas, contó a Rosario3.com que su hijo fue "torturado" de diversas formas durante su estadía en ese centro. "Lo tenían todo el tiempo muy sedado, lo ataban a la cama, lo dejaban dormir sólo en calzoncillo sin abrigo ni frazada en las noches de frío y estuvo hasta una semana sin comer como castigo", relató la mujer.
"Los castigos eran por cualquier cosa: pedían bañarse con agua caliente, porque no tenían, y por eso eran «engomados» (jerga de castigo o encierro) y golpeados", agregó.
"Él vino de San Camilo drogado y psicológicamente muy mal. Yo me enteré el mes pasado que estaba allá, pensé que la Dirección de Niñez lo tenía en un hotel pero no", dijo Débora en relación a la política de ese ente provincial que a falta de hogares habilitados aloja a chicos en hoteles o pensiones, como denunciaron los trabajadores el año pasado.
Cuando fui a visitarlo vi cómo estaban los internos: todos zombies caminando por los patios"
"El 30 de junio -continuó la mujer- fui a visitarlo y vi cómo estaban los internos: todos zombies caminando por los patios. Me tuvieron como media hora de espera porque no se despertaba de tan sedado que lo tenían. Me decían que se estaba poniendo lindo y era que lo estaban reanimando", añadió Débora.
Después de su denuncia y la de otras madres -incluso de una chica que se escapó de San Camilo- la Dirección de Niñez de Rosario retiró a los adolescentes que habían sido derivados a esa granja. "A mi hijo lo llevaron al Crea -Comunidad de Restauración Evangélica Argentina- de calle Ecuador pero hay otros que quedaron en la calle", continuó.
Débora, como vocera del grupo de padres, aseguró que "dos de los chicos cumplieron 18 años y entonces Niñez no se quiere hacer cargo". Dijo que N. tenía 17 años cuando fue internado y esta semana, cuando volvió a su casa, "se le fue a la mamá y está consumiendo en la calle, no tiene dónde vivir, sin contención, él corre peligro". N. fue retirado de San Camilo con sarna, dijo.
"J. fue apuñalado en el pie y la pierna. Nos dijeron que se había lastimado con unos botines jugando a la pelota pero en el hospital provincial constataron que fue apuñalado. También hubo un intento de suicidio, que los mismos chicos lo salvaron. Hubo muchas torturas en San Camilo", relató la mujer.
Débora y Claudia, otra de las madres, presentaron una denuncia contra las autoridades de la comunidad terapeútica y también contra la Dirección de Niñez. Junto a otros cinco padres acordaron lanzar una campaña para pedir ayuda para castigar a los responsables de lo que ocurrió y conseguir una asistencia adecuada desde ahora.
La “evacuación” de San Camilo
Desde la Asamblea por los derechos de la niñez y la juventud -integrada por organizaciones y militantes- acompañaron a las familias de los jóvenes internados en San Camilo que llegaron a ser 13, antes de ser evacuados con denuncias de torturas, sobremedicación y abandono.
Una chica se escapó y alertó sobre lo que ocurría en esa institución de Pilar. Después de eso, algunos padres retiraron por su cuenta a sus hijos. Y el martes de la semana pasada la Dirección de Niñez en Rosario resolvió trasladar al resto de los derivados.
Comenzó entonces un segundo problema: la ausencia de nuevos espacios de contención y atención para esos chicos con problemas de adicciones o salud mental, señalaron desde la Asamblea. Lo que desnuda el problema de fondo: la falta de presupuesto para un área más que sensible.
Dos madres de ese grupo presentaron una denuncia por el estado en que encontraron a sus hijos y constatar los malos tratos y las deficiencias en infraestructura expuestas por varios testimonios y por el libro “La Comunidad”, del periodista Pablo Galfré.
“La Comunidad no es sólo un libro: es también una herramienta que busca encontrar justicia para tantos pibes maltratados y encerrados en un submundo de estafas, abusos, violencia y verso psicológico, que reaviva viejas discusiones sobre la ausencia del Estado y el lucro como motor de proyectos privados vinculados a la medicina y sustentados, muchas veces, en la desesperación de familiares y amigos”, dice el prólogo del trabajo que también investiga la muerte de Saulo Rojas, un joven que falleció en la comunidad terapéutica.
Los casos de San Camilo se sumaron a la muerte de Lucas Figueroa, de 19 años, el mes pasado en un sanatorio neuropático de Rosario a donde había sido derivado por las autoridades locales; y desde el Concejo se pidió sean investigados.
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