Después de todo lo que se habló en las últimas semanas sobre la ceremonia de traspaso, el flamante presidente de la Nación, Mauricio Macri, recibió los atributos de mando de manos del titular provisional del Senado, Federico Pinedo. Luego de saludar a las personalidades que presenciaron el acto, el jefe del Estado salió al histórico balcón de la Casa Rosada con su hija Antonia en brazos, provocando la explosión de miles de personas que lo esperaban. Luego de una breve arenga, todo terminó con baile y un recital de la vicepresidenta Gabriel Michetti.
La banda y el bastón
En la ceremonia de entrega de atributos, que se transmitió por cadena nacional, hubo hechos para destacar como la llegada de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que no había estado en el Congreso. También estuvo el gobernador electo de Santa Fe, Miguel Lifschitz. Finalmente fue Pinedo quien entregó la banda y el bastón, ya que en algún momento trascendió que el encargado podría ser el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.
El acto de entrega de los atributos comenzó a las 13.15. Minutos antes se produjo la llegada de Dilma Roussef al recinto, que saludó uno por uno al resto de los mandatarios latinoamericanos, que ya habían presenciado el discurso de Macri en el Congreso de la Nación.
Luego de la palabra protocolar del escribano general de la Nación y de las firmas de rigor, Pinedo le puso la banda a Mauricio Macri y le entregó el bastón presidencial.
En primera fila estaban sentados el padre del presidente, Franco Macri. También se ubicaron los ex presidentes Eduardo Duhalde y Fernando de la Rúa.
Luego de la breve ceremonia, Macri saludó a quienes lo acompañaron en el momento más importante de su carrera política. Y entre los que se acercaron a felicitar y a dar su apoyo, se lo vio al gobernador electo de Santa Fe, Miguel Lifschitz.
Plaza y baile
Luego del acontecimiento formal, llegó el momento más esperado por las miles de personas que llegaron a la plaza de Mayo desde la mañana. Macri salió al histórico balcón de la Casa Rosada con su hija Antonia en brazos y de la mano de su esposa Juliana Awada. Salieron con él la vicepresidenta Gabriela Michetti y la gobernadora de Buenos Aires, María Laura Vidal.
“Gracias, muchas gracias”, empezó Macri. “Es difícil transmitir lo que uno siente hoy acá”, siguió. Y confió que “parece que fue rayer cuando nos animamos a soñar que los argentinos merecíamnos vivir mejor; y hoy estamos acá a punto de empezar una etapa maravillosa de nuestro país”.
A cada frase del presidente, la multitud respondía con un cantito, entre los que se destacó el “sí, se puede” y luego el “sí, se pudo; sí, se pudo”.
“Esto es lo que quiero; que nos podamos expresar en libertad en la República Argentina. Que podamos pensar diferente pero trabajar juntos”, expresó. “Como decía hace unos instantes en el Congreso, prometo siempre decirles la verdad, ser sincero y mostrar cuáles son los problemas”, agregó.
A partir de allí, el público empezó a pedirle a Macri que haga sus ya clásicos pasos de baile. “Estoy complicado para bailar por la banda”, dijo sonriendo.
“Estoy acá porque creo en ustedes. Necesito que ustedes crean que son capaces de más. Todos los argentinos nos acompañen, que participen. No somos infalibles, pero tenemos mucha vocación por hacer”, cerró.
El nuevo jefe de Estado concluyó su discurso con una exaltada arenga: “Los amo, amo este país. Y los amo a cada uno de ustedes. Gracias, gracias, gracias, gracias”, gritó.
Y ahí nomás se armó el baile en el balcón. Macri se movió de un extremo al otro del balcón y Gabriel Michetti aprovechó para tomar el micrófono y entonar las estrofas de “No me arrepiento de este amor”, la clásica cumbia de Gilda. Todo terminó a pura fiesta.