Dormir entre siete y ocho horas es sinónimo de salud, y cuando muchas personas tienen problemas para conciliar sueño, recurren rápidamente a los fármacos. Sin embargo son pocos los que se dan cuenta de los malos hábitos que están llevando y que precisamente contribuyen a este padecimiento.

El portal Mejor con Salud repasó siete de los principales, con el objetivo de tenerlos en cuenta y corregirlos para descansar más y mejor.

Dormir demasiada siesta: descansar 15, 20 ó 30 minutos es un hábito saludable porque alivia el estrés y nos repara. Sin embargo hacerlo por más tiempo puede provocar que lleguemos a la noche sin sueño.

Cambiar la rutina: somos animales de costumbres porque al cerebro le encanta seguir pautas fijas, como despertarnos a la misma hora, comer en el mismo momento e irnos a dormir a idéntico horario cada día. Por eso a veces alcanza con levantarse un poco más tarde para que todo se altere. Si a eso se le suma alguna emoción intensa o súbita preocupación, el descanso se verá afectado.

Comer mucho y tarde: no sólo tiene que ver con la cena, sino con las comidas de todo el día. Por ejemplo, salir apurados y sin desayunar trae dificultades al metabolismo, lo mismo que almorzar a las tres de la tarde. Nuestro cuerpo no procesa los alimentos cuando es debido, trabaja hasta tarde y eso perjudica el sueño.

Platos picantes y lácteos: consumir los primeros de forma regular conlleva tener digestiones pesadas, acidez y reflujo. Por otro lado los quesos son ricos en tiramina, un estimulante que además de producir insomnio se asocia a las migrañas.

Tomar café durante las siete horas antes de acostarnos: la cafeína permanece en nuestro organismo entre 5 y 7 horas. Por eso para poder dormir sin inconvenientes, hay que dejar de consumir café a partir del mediodía.

Hacer ejercicio físico tres horas antes de ir a dormir: es muy recomendable que reduzcas al mínimo la actividad intensa tres horas antes de irte a la cama. Después del ejercicio o del entrenamiento el cuerpo necesita bastante tiempo para recuperarse, así que lo ideal es respetar ese intervalo.

Mirar mucha televisión o usar demasiado tiempo la computadora por la tarde/noche: es común que cuando uno llega a la tarde cansado de su jornada laboral, piensa en “relajarse” mirando la tele o navegando por internet. Es un error porque estos elementos lejos de relajarlo, “reactivan” al cerebro y hacen que lleguemos sobreexcitados a la cama.

La mejor forma de desconectarse cuando llegamos a casa es quedarse al menos una hora sin hacer ni pensar en nada, liberarse del ruido y de las preocupaciones, y respirar aire fresco. Una alternativa puede ser leer antes de dormir.