El Centro de Economía Política Argentina (Cepa) publicó un informe realizado en febrero pasado, sobre la situación de las personas mayores en el país y el impacto inflacionario en los medicamentos y alimentos esenciales.
El organismo evaluó el contexto político de los últimos 3 años que produjo “una gravísima pérdida de los derechos de los adultos mayores”. Según las proyecciones de Indec, para el año 2019 serán 6.983.377 los habitantes de Argentina mayores de 60 años (15,5%), siendo 43% varones y 57% mujeres.
La jubilación mínima en marzo de 2019 asciende a $10.410, lo que implica un aumento de 172% entre mayo de 2015 y la actualidad, mientras que la inflación de los medicamentos en el mismo periodo alcanzó 257%.
Pero más grave aún es el aumento de medicamentos esenciales utilizados para enfermedades cardiovasculares que han visto un ascenso sideral como el Atenolol y el Sintrom con un aumento de precio de 560%.
A esto se le suma el hecho de que Pami modificó la Resolución 005 y dejó de entregar la medicación crónica gratuita a los 2 millones de afiliados. Para acceder a la misma se exige cumplir una serie de requisitos restrictivos. Esta situación deriva en que las personas mayores dejen de consumir su medicación o lo hagan de manera limitada en virtud del ahorro económico en medicamentos.
En el caso de los alimentos básicos necesarios para una correcta canasta nutricional se verifica un incremento de precios de 311% entre 2015 y 2019, aunque algunos productos experimentaron subas muy superiores a ese promedio. El aceite de girasol se incrementó 464%, el kilo de lechuga, 527% y el kilo de carne picada, 324%.
Evolución de la jubilación mínima
La reforma previsional de diciembre de 2017 tuvo un fuerte impacto en la evolución de los haberes jubilatorios y del conjunto del sistema previsional. En 2018, la situación fue particularmente negativa para los adultos mayores. El aumento de la jubilación mínima después de la reforma previsional fue sólo de 28,4% (comparando el mismo periodo ene18/ene19). En contraste, la inflación acumulada de 2018 alcanzó el 47,6%.
Según el Cepa, el poder adquisitivo de la jubilación mínima se retrajo 19,2% en comparación con el promedio del poder adquisitivo de 2015 y el medido en diciembre de 2018. Es decir, la pérdida representa unos $1.800 mensuales aproximadamente, considerando la jubilación mínima de $9.309 en diciembre de 2018.
Las proyecciones del gobierno nacional para 2019 plantean recuperación del poder adquisitivo, pero ello sucedería solo si la inflación del primer semestre de 2019 es menor a la del segundo semestre de 2018 (lo que es muy probable que ocurra) pero al mismo tiempo, si la inflación del segundo semestre de 2019 resulta menor a la inflación del primer semestre de 2019. Los datos del primer bimestre de 2019, combinados con la inestabilidad cambiaria, muestran niveles de inflación que abren interrogantes respecto de las posibilidades de un aumento real de las jubilaciones en 2019.
En relación a la canasta de pobreza, si en febrero de 2018 la jubilación mínima, de $7.246 superaba en 28% a la CBT publicada por Indec, que alcanzaba los $5.676, solo un año después, en febrero de 2019, la relación se dedujo a solo 5%, quedando la jubilación mínima apenas por encima de la línea de pobreza para una persona individual. Dado que la cantidad de personas mayores que cobran una jubilación mínima en nuestro país llega al 60%, esta situación es particularmente conflictiva.
Asimismo, las personas mayores tienen costos muy superiores a los del resto de los habitantes, dada la importante erogación en medicamentos, atención de la salud, transportes (utilizan más taxis o remises por la disminución en la movilidad física), servicios especializados como los cuidadores en domicilios, prótesis y ortesis, y alimentos recomendados con dietas especiales, entre otros.
La situación se agrava dado que en unos pocos meses finaliza la moratoria jubilatoria para las mujeres, y su continuidad dependería de una prórroga del gobierno nacional. La propuesta del gobierno ha sido reemplazar progresivamente la jubilación por moratoria por una pensión universal de los adultos mayores (por sus siglas, PUAM) de menor cuantía (80% de la jubilación mínima).
Si realizamos el mismo cálculo en relación a la línea de pobreza, es posible distinguir que si la PUAM representaba un valor 2% mayor a la línea de pobreza individual en febrero de 2018, en la actualidad (febrero de 2019) ha caído 16% por debajo de dicho límite.
Si analizamos la evolución de la jubilación en dólares, la pérdida es significativa: la jubilación actual implica la reducción de 43% respecto del valor de 2015.
Comparación entre la evolución de la jubilación mínima y de los medicamentos
Existen diversos estudios que alarman sobre el incremento sostenido de los precios de los medicamentos. Esta situación se agrava y resulta aún más preocupante si se centra la mirada en aquellos medicamentos que son consumidos con frecuencia por las personas mayores.
Mientras que la jubilación minina se incrementó 172% desde mayo de 2015 a la fecha, la inflación de los medicamentos para ese mismo periodo ascendió a 257%,llegando algunos medicamentos esenciales a superar el 560%.
El precio de los medicamentos se encuentra influenciado por el precio de ciertos insumos extranjeros. En virtud de ello, y con el fin de distinguir el impacto de la reciente devaluación de 2018 a $40 entre abril y agosto de 2018 (y en el primer bimestre del año volvió a subir hasta los $42) se procedió a comparar los precios de los medicamentos en el último mes, comparando los valores de febrero 2019 respecto de enero del mismo año.
Además del pronunciado aumento de los medicamentos, cabe sumar la modificación de la Resolución N°005 de PAMI, que agrega condiciones extremadamente extraordinarias (tener ingresos inferiores a 1,5 haberes previsionales mínimos, no estar afiliado a un sistema de medicina pre-paga, no ser propietario de más de un inmueble, no poseer un vehículo de menos de 10 años de antigüedad, no poseer aeronaves o embarcaciones de lujo) para poder acceder al subsidio del 100% de cobertura en medicamentos, lo que se traduce en una disminución del acceso de jubilados/as a esta prestación.
La inflación en los medicamentos y el impacto en la salud de las personas mayores
El aumento inflacionario de los medicamentos sumado a la quita de la entrega gratuita por parte de Pami de la medicación para patologías crónicas deja a las personas mayores en situación de gran fragilidad, donde es muy probable que la morbi-mortalidad aumente en los próximos años debido a estas causas.
El mayor consumo de fármacos por parte de este grupo etario es el de la medicación para enfermedades crónicas tales como cardiopatías, diabetes, hipertensión arterial, osteoporosis, etc.
A nivel mundial las enfermedades crónicas no transmisibles son responsables del 85% de todas las muertes en el mundo. De los 57 millones de defunciones que se produjeron en el año 2008, 36 millones (63%) se debieron a enfermedades crónicas no transmisibles y se espera que para el año 2030 las muertes por esta causa ascenderán a 55 millones a nivel mundial (OMS 2012). Se prevé que el número anual de muertes debidas a enfermedades cardiovasculares aumente de 17 millones en 2008 a 25 millones en 2030, y que las debidas al cáncer asciendan de 7,6 millones a 13 millones (OMS 2012). En referencia a la región Latinoamericana y Caribeña (Cuba, Uruguay ,Chile y Argentina), se observa que en los países con transición demográfica avanzada las muertes por enfermedades crónico-degenerativas ascendió al 80% (Cepal 2012).
En Argentina, las Enfermedades Crónicas No Transmisibles constituyeron más del 70% de las muertes en el año 2013 (Informe de Estadísticas Vitales, Ministerio de Salud de la Nación (1). Dentro de este grupo, las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa para la población general (40,2%). En el 2017 del total de defunciones (341.688) el 73% correspondieron a personas de 65 años y más (Informe de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud de la Nación) (2). El 32% de las defunciones de personas de 65 años y más correspondieron al aparato circulatorio, el 16% a tumores y el 22% a enfermedades del sistema respiratorio. Solo el 5,5% de las muertes fueron por causas de enfermedades infecciosas y parasitarias.
Al quitar el Pami y el Remediar, la limitación de la entrega gratuita de medicamentos puso en grave riesgo no sólo la salud de las personas mayores, sino también la calidad de vida de aquellas que presentan patologías crónicas. Sin tratamiento oportuno se generan discapacidades y aumentan la fragilidad y la dependencia en las personas mayores.
Es por todo esto que la accesibilidad a la medicación crónica resulta primordial para no solo disminuir la mortalidad sino también para promover la calidad de vida en la vejez disminuyendo el impacto de las discapacidades generadas por la falta de tratamiento oportuno.
El cuidado de la salud para estas patologías hoy resulta sumamente costoso. Citamos algunos ejemplos:
Medicamentos para Patologías Cardiovasculares
El Acenocumarol (Sintrom), anticoagulante necesario para evitar Accidentes Cerebro Vasculares (ACV) en personas que padecen arritmias cardiacas, incrementó su valor en un 560%.
El Atenolol, fármaco de primera elección dentro del grupo de los Betabloqueantes para el tratamiento de hipertensión arterial, taquicardias y otras enfermedades cardiovasculares, presentó un incremento del 543%.
La Furosemida (Lasix) -diurético de masa utilizado en el tratamiento de insuficiencia cardíaca congestiva o hipertensión, que en general acompaña a otros medicamentos- aumentó un324%.
El Carbedilol (Dilatrend), antihipertensivo de primera línea, aumentó un 204%.
Medicamentos para Patologías Respiratorias
La fluticasona+salmeterol (Seretide) aumentó su precio en un 314%, siendo hoy su valor actual de $1.859,21. Los tratamientos para personas asmáticas o con Enfermedades Obstructivas Crónicas (EPOC) se han visto fuertemente encarecidos.Es importante considerar que el EPOC representan el 13% de las defunciones por enfermedades respiratorias.
La Amoxicilina (Optamox), tal vez el antibiótico de ampli oespectro más utilizado, sufrió un aumento casi del118%.
Medicamentos para Patologías Osteoarticulares
Etoricoxib (Arcoxia) un fármaco antiinflamatorio no esteroideo que se utiliza para el dolor crónico de patologías osteoarticulares como artrosis y artritis reumatoidea, ha visto un incremento del 312%.
El Ácido Ibandrónico (Idena) es un medicamento indicado en el tratamiento de la osteoporosis en mujeres, sufrió un aumento del 271%.
El Calcimax D3, la combinación de calcio más vitamina D3, cuya prescripción médica se indica en los tratamientos de osteopenia y osteoporosis sufrió un aumento del175%.
Otros medicamentos esenciales
El aumento del Clebopride+simeticona (Eudon) fármaco de primera elección como regulador de motilidad digestiva y trastornos funcionales aumentó en los períodos de referencia 414%.
La Dorzolamida (Glaucotensil TD), gotas oftálmicas para tratar hipertensión ocular y glaucoma sufrió un aumento del320%.
La Levotiroxina, (T4) fármaco utilizado para el tratamiento del Hipotiroidismo aumento530%.
Omeprazol, (ACIMED) fármaco utilizado en el tratamiento de úlcera de estómago o duodeno, gastritis y reflujo gastroesofágico ha sufrido un incremento del199%.
La Dutasteride (Avodart), medicamento utilizado en el tratamiento de los síntomas de la hiperplasia benigna de próstataque disminuye el riesgo de que se produzca retención aguda de orina, aumento un 355%.
El Citalopram, (Zentius) fármaco utilizado para los tratamientos antidepresivos, aumentó casi un213%.
Para el análisis de los aumentos sufridos por los medicamentos por unidad se debe sumar que la mayoría de las personas de 60 años y más consumen en promedio entre 4-8 medicamentos, lo que hace inevitable el impacto negativo en su economía y por ende en su salud.
Esta situación es sumamente preocupante, no sólo porque la imposibilidad del acceso a los medicamentos aumenta la mortalidad, sino porque además aumentan la morbilidad de patologías que generan dependencia y discapacidad, como es la concurrencia de un ACV con hemiplejía, consecuencia de la falta de un tratamiento antihipertensivo adecuado y oportuno. "La situación de salud que atraviesan las personas mayores hoy es grave", concluye el informe y agrega que "la calidad de vida de la población mayor se ve muy afectada y los peligros del aumento de morbi-mortalidad son inminentes".