Hace algunos años se produjo un boom en materia laboral con el home office, ya que permitía conciliar la vida laboral con la doméstica e incrementar la productividad de los trabajadores. Sin embargo las consecuencias que está provocando en la salud de los empleados lleva a que algunos países ahora lo desaconsejen.
Y es que el trabajo en casa prolonga las jornadas laborales, provoca injerencias entre el trabajo y el hogar y también achaques en la salud por malas posturas, mayor exposición a ruidos molestos y hasta depresión por el aislamiento.
Estas son algunas de las conclusiones del informe elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound), que contó con la participación de 15 países de la Unión Europea, América y Asia.
Oscar Vargas, uno de los autores del estudio, detalló las ventajas de las personas que trabajan bajo esta modalidad: “La reducción del tiempo de desplazamiento al trabajo, mayor autonomía sobre el horario laboral que conduce a una mayor flexibilidad y productividad”, apuntó y consignó el sitio Neo Mundo.
Por el otro lado, incentiva el sedentarismo, desorganiza los horarios de las comidas, favorece posturas inadecuadas (al no contar en la casa con mobiliario específico para el trabajo) y en los casos de quienes viven solos, corta el contacto con otras personas.
El informe señala además que el crecimiento del número de empleados que trabajan a distancia aumenta la necesidad de desconectar el trabajo y la vida personal, razón por la cual países como Francia y Alemania están creando acuerdos a nivel de empresas y nuevas legislaciones para abordar el fenómeno.