Contrariamente a la creencia popular, no tenemos un suministro limitado de neuronas. La mayoría de estas aparecen en los primeros años de nuestra vida, pero en algunas áreas del cerebro continúan apareciendo en la etapa adulta en un proceso llamado conocido como neurogénesis, que es como se conoce al nacimiento de nuevas neuronas.
El hipocampo es una de estas áreas, y es también una de las más importantes del cerebro, desempeñando importantes papeles en la memoria, la emoción y el aprendizaje. Pero a medida que envejecemos, una serie de factores compiten con la neurogénesis y matan las células cerebrales, según comunica 20minutos.
Muchos creen que el consumo de alcohol es un hábito que acelera este proceso, pero lo cierto es que no es así y que hay otros que sí son fatales para las neuronas.
Dormir poco: desde la National Sleep Foundation recomienda que la mayoría de los adultos deben mantener un hábito de sueño que comprenda entre siete y nueve horas cada noche. Esto da a nuestros cerebros suficiente tiempo para moverse a través de las etapas del sueño, que gradualmente se vuelven más profundas, y terminan en sueño REM antes de comenzar de nuevo.
Llegar al sueño REM es importante porque es durante este tiempo que el cerebro está trabajando duro tanto para mantenernos dormidos mientras que también activa algunas regiones responsables, por ejemplo, del aprendizaje. Esto es cuando los recuerdos se consolidan y almacenan, y los niveles de energía se reponen. No debe sorprendernos pues, que alguien que constantemente duerma pocas horas tenga más dificultades para concentrarse, tomar decisiones y comprometerse en situaciones de aprendizaje y sociales.
Un estudio reciente muestra cómo estos efectos van asociados a un daño cerebral en el tiempo. En el estudio se encontró que las neuronas en la región productora de energía del cerebro llamada locus coeruleus (locus cerúleo) comenzaron a morir a causa de la vigilia prolongada. Sin estas células para producir energía, nuestros cuerpos son incapaces de funcionar correctamente al día siguiente. Otro estudio encontró que la privación del sueño podría causar una contracción en la corteza cerebral y el hipocampo, especialmente en adultos mayores de 60 años, lo que sugiere que el sueño se vuelve cada vez más importante a medida que envejecemos.
Fumar: está demostrado que provoca cáncer, bronquitis crónica hasta el enfisema, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares... e incluso la muerte y una menor producción de neuronas. En un estudio realizado en 2002 por el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia, los científicos descubrieron que las ratas adictas a la nicotina generaban un 50 % menos de neuronas en el hipocampo. Aquellas que tomaron dosis más altas de nicotina también experimentaron un porcentaje de muerte neuronal superior. Otro estudio encontró un compuesto en los cigarrillos, llamado NNK, podría causar una respuesta exagerada en los glóbulos blancos del cerebro, obligándolos a atacar a las células cerebrales sanas también.
Deshidratación (no el alcohol en sí): de aquí surge la percepción errónea de que el alcohol en sí mata neuronas, cuando no es así. Esto procede del hecho de que el alcohol en exceso desencadena toda una serie de procesos corporales. Uno de ellos es que acelera y multiplica las veces que hay que ir al baño.
Cuanto más se bebe, el alcohol suprime la hormona vasopresina, conocida como hormona antidiurética, que es responsable de retener el agua en el cuerpo. Esto hace que nuestros cuerpos no puedan sostener nuestra orina en el cuerpo y la expulsen más rápidamente, acelerando el proceso de deshidratación (y una peor resaca). Teniendo en cuenta que el 75 % del cerebro está formado por agua, es recomendable, no ya evitar el exceso de alcohol, sino mantener el cuerpo correctamente hidratado, algo que se haría extensible a una noche de exceso de copas.
Estrés: en personas con niveles de estrés elevados, los niveles de cortisol pueden ser tan excesivos que el cerebro termina generando más células productoras de mielina y menos neuronas, según un estudio reciente. En los casos más graves, esto puede desembocar en episodios de esquizofrenia y trastornos de ansiedad.
Cocaína y otros estupefacientes: mientras que la marihuana no mata neuronas, sí que otras sustancias como la cocaína, metanfetamina o el MDMA sí que lo hacen, según la Drug Enforcement Administration. Los investigadores creen que este daño a las células cerebrales es lo que conduce a la adicción a las drogas, ya que el usuario encuentra progresivamente más difícil sentirse bien por sí mismo.