Siguen las repercusiones de la terrible tragedia ocurrida en la ruta 33, entre Pérez y Zavalla, el viernes pasado, que dejó 12 muertos y varias decenas de heridos, cuatro de ellos en estado crítico. Este lunes habló uno de los hermanos de Gustavo “Lato” Souza, uno de los choferes de los colectivos de la empresa Monticas que falleció en el acto por el tremendo impacto. Dijo que “varias veces” escuchó a su hermano hablar “del estado de los coches” y que deseaba que le tocarán algunas unidades que estaban mucho mejor que otras. “Los colectiveros no se pueden quejar, tienen que encomendarse a Dios y salir a la ruta”, sentenció.
Edgardo Souza tiene 40 años, vive en Zárate y es uno de los cuatro hermanos de la familia Souza. Estaba pasando unos días de descanso en Zavalla cuando lo sorprendió la terrible tragedia que involucró a Gustavo, chofer del colectivo que hacía el recorrido Casilda-Rosario.
En contacto con el programa Radiópolis (Radio 2), dijo: “Yo escuché varias veces a Gustavo hablar del estado de los colectivos. Lo que uno sabe es que muchas veces los trabajadores no pueden tomar ciertas determinaciones por el riesgo de la continuidad del trabajo”.
Destacó que “Gustavo trabajaba por el progreso de sus hijos y muchas veces he escuchado que se tienen que callar la boca”. Y agregó: “Me acuerdo que una vez me dijo «ojalá que me toque este colectivo porque está en mejores condiciones que el otro»”.
Edgardo apuntó que “de la negligencia de la empresa nunca hablamos. Por ejemplo, cuando vengo de Zárate vengo en un Monticas porque es el único que me deja en Zavalla y varias veces he tenido problemas y he querido presentar una queja y él me ha dicho que tenga cuidado porque por el apellido podría tener problemas él”.
Y luego soltó una frase que impacta: “Yo sé que los colectiveros no pueden hablar, no se pueden quejar; tienen que salir a la ruta y encomendarse a Dios”, subrayó al borde de las lágrimas.
“Yo hoy tengo 40 años pero durante muchos años me he manejado en colectivo en esta zona y todas las empresas tienen coches en condiciones no aptas para transitar”, relató Edgardo.
“Yo vivo en Zárate, pero me quedé en Zavalla porque mi mamá vive al lado de la casa de Gustavo y es la que más afectada está por el trato que tenía con Gustavo”, detalló. “Somos cuatro hermanos y siempre funcionamos como engranajes en la familia; y ahora nos está faltando una pieza de ese engranaje”, describió luego.
Las marchas
A Edgardo le preguntaron si la familia va a participar de los reclamos por las mejoras en el servicio: “No estamos en condiciones emocionales de participar de las marchas, pero claramente estamos a favor de los reclamos. Todo está a flor de piel, en carne viva, y no estamos en condiciones de afrontar una marcha”, indicó.
Edgardo se encargó de rescatar “la calidad humana de los compañeros de Gustavo en la empresa Monticas”.
“Los pedidos son muchos: primero que corten los pastos de las banquinas, no puede ser que en una ruta tan transitada los yuyos pasen el metro y medio, entre Zavalla y Pérez no te podés tirar a la banquina”, consideró. “Después que pongan en condiciones las rutas y que pongan en condiciones los colectivos”, siguió.
“Hoy fue Gustavo Adrián Souza, el “Lato”, pero le puede pasar a cualquiera. Que tomen conciencia de que son personas las que viajan ahí arriba”, suplicó.
Luego habló del perfil de su hermano fallecido en la tragedia: “Él estaba satisfecho de ser colectivero, es lo que hizo toda la vida y es el único que continuó el legado de mi viejo, que era chofer del transporte escolar acá en Zavalla”. Y detalló que Gustavo tenía tres hijos: Román de 14, Lucía de 9 y Julia de 7.
“Quiero agradecer a sus compañeros, a toda la gente de Zavalla por el cariño prestado y mis condolencias a todas las familias de los que sufrieron esta terrible tragedia”, finalizó.