El líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador se autoproclamó como "presidente legítimo de México", en señal de rebeldía y "resistencia pacífica frente al fraude electoral" que, sostiene, "consagró al conservador Felipe Calderón ganador de las elecciones presidenciales del 2 de julio".
"Me comprometo a proteger los derechos de los mexicanos, a defender el patrimonio y la soberanía nacional y a procurar la felicidad del pueblo. Y si así no lo hiciere, que la Nación me lo demande", dijo en su juramento en la Plaza del Zócalo.
López Obrador, quien tras los comicios acampó durante varias semanas en el Zócalo en señal de protesta, volvió para este acto a la enorme plaza del centro histórico de la ciudad, que se colmó con cientos de miles de manifestantes, frente a quienes "protestó como presidente legítimo".
La activista social Rosario Ibarra le colocó a López Obrador un símil de banda presidencial, de espaldas al Palacio Nacional, la sede del gobierno federal.
El inicio del gobierno paralelo de López Obrador, 11 días del verdadero traspaso de poderes en México, fue calificado de vacilada por Manuel Espino, líder del partido oficialista Acción Nacional, al que pertenece Calderón.
Si bien López Obrador atrajo a una multitud, la prensa mexicana publicó hoy encuestas que afirman que el gesto del popular ex alcalde de la ciudad de México y ex candidato presidencial por la coalición "Por el Bien de Todos" pierde más de lo que gana con esta autoproclamación.
Un sondeo telefónico publicado por el diario Reforma determinó que 56 por ciento de los consultados la desaprueba, contra 19 por ciento que está de acuerdo.
Otro relevamiento, en este caso domiciliario, publicado por el periódico Milenio, dio cuenta de 73 por ciento en desacuerdo con la autoproclamación de López Obrador, contra 22 por ciento que lo apoya.
Sin embargo, López Obrador ha dicho en las horas previas al acto en el Zócalo que no le importan "las descalificaciones y las burlas de la derecha".
Sostuvo que gobernará con el pueblo con "un gobierno legítimo, no de sombra ni simbólico, sino actuante por medio de una fuerza popular que comienza a crecer en todo el país" para enfrentar a "un régimen neofascista que sólo beneficia a una minoría privilegiada".
El "gobierno legítimo" tendrá como sostén al pueblo organizado, definió en las horas previas López Obrador y se declaró optimista porque, aseguró, este 20 de noviembre su movimiento de protesta y rebeldía contra el fraude electoral del 2 de julio entra a otra etapa, con miras a la conformación de una nueva república.
Con esta consigna, miles de mexicanos se acercaron con ánimo festivo a la Plaza de la Constitución, el Zócalo, donde se vendieron toda clase de artículos con la imagen del ex candidato y líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
De acuerdo con todas las previsiones, el operativo policial se extendía varias cuadras alrededor del Zócalo y se había reforzado en las calles que convergen en la plaza, a la que habían llegado contingentes de diferentes estados del país que portaban banderas del partido del sol azteca.
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