El gobernador Miguel Lifschitz presidió este viernes el acto de reconocimiento público de disculpas a una joven oriunda de la ciudad de Reconquista, que fue discriminada en la Justicia tras sufrir violencia en el ámbito familiar, cuyo caso fue denunciado ante Naciones Unidas.
Lifschitz agradeció a Eva (conocida por sus iniciales C.E.R.) por su valentía “que no solo le ha servido a ella para superar una situación traumática y reorientar su vida, sino que le está sirviendo a muchas mujeres, porque está marcando un camino y ayudándonos a todos a abrir un camino”.
Cabe mencionar que recientemente se concretó un acuerdo con la provincia, la cual se comprometió a realizar una serie de acciones reparatorias. Algunas ya fueron implementadas, como por ejemplo, el otorgamiento de una vivienda y un empleo a la joven denunciante.
Las disculpas públicas que realizó el gobernador Miguel Lifschitz, como máxima autoridad de la provincia, dan cierre a la demanda y concretan un acto de reparación histórica a la víctima que no recibió una justa respuesta jurídica.
“Hoy estamos asumiendo las responsabilidades del Estado. Podríamos decir que ocurrió en otro momento, en otro Poder, que no somos responsables directos, pero prefiero pensar que todos tenemos alguna responsabilidad por no haber actuado a tiempo, por no haber escuchado, por no haber hecho lo que estamos haciendo ahora, antes; por no haberlo hecho en otros casos parecidos, por haber esperado una resolución de las Naciones Unidas, por no haber aplicado todavía una sanción a los funcionarios judiciales que cometieron este atropello”.
“Este es el sentido, hacernos cargo, porque todos tenemos alguna responsabilidad sobre las cosas que pasaron y mucha más responsabilidad para evitar que sigan pasando”, afirmó el gobernador y agregó: “Tenemos que lograr un Estado más sensible, más dinámico, mas ágil y mas en sintonía con los derechos porque esa es la base para construir una sociedad mas democrática”.
“Existen pocos casos como este, que nos permite reivindicar el rol de la política, que permite encontrar causas comunes. Este es un tema de fondo y de futuro porque no hay futuro si no hay reconocimiento al derecho de las mujeres, sino terminamos con la violencia hacia las mujeres y los niños” concluyó Lifschitz.
“Rompieron el cristal pero no la perla que somos”
“Estoy aquí para decirles a las mujeres que se puede salir, a pesar de las personas que nos hacen tanto daño. A pesar que una piense que no hay escapatoria, les digo que sí, que podemos y que somos como una perla cubierta de cristal: pudieron destruir el cristal, pero no la perla valiosa que somos”, expresó C.E.R. al tomar la palabra.
“Gracias señor gobernador por hacerse cargo de errores que cometieron otras personas. Gracias por tomarse su tiempo. También gracias a Matías Figueroa Escauriza (secretario de Gestión Pública). Les agradezco enormemente a todas las mujeres que estuvieron a mi lado y a las dos instituciones que estuvieron conmigo, Cladem Argentina e Insgenar”, indicó.
“Hay que animarse a denunciar, sé que no es fácil porque lo he pasado: todo lleva su proceso y su tiempo, hay muchas dificultades pero se puede. Hay que dar gracias a Dios que me dio fuerzas y hoy estoy aquí hablando. Muchos me conocieron antes y saben que hoy soy otra”.
“Y quiero que podamos creer que hay justicia; tiene su tiempo, pero hay. Tal vez no la justicia que una víctima quiere, pero hay justicia. Hoy, muchos profesionales que nos pueden acompañar, nos pueden contener. Hoy soy feliz", concluyó la joven.
Caso C.E.R
Alude a una joven de la ciudad de Reconquista que sufrió graves hechos de violencia de género en el seno de su familia. Al momento de denunciar su padecimiento, se enfrentó a un juicio que finalizó con la absolución del acusado, a pesar de las pruebas presentadas, en una resolución que la discriminó en razón del género, explicaron desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Por entender que las decisiones judiciales estuvieron fundadas en base a concepciones discriminatorias y a estereotipos de género, las organizaciones locales Cladem e Insgenar presentaron contra el Estado Nacional, una petición ante el comité de la ONU que promueve la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW).
El Comité admitió el caso, consideró que la sentencia judicial estaba viciada de prejuicios sexistas, y ordenó tomar una serie de medidas.